Dijeron que la locura era algo que necesitaba tratamiento y mírame aquí, tratándome lo que dicen que no puede tratarse.
Es que lo sentimos desde siempre y ni las locas y locos, lo dejan de sentir. Me internaron y esta sala fue maravillosa, imaginen que las demás personas me contaban sus deseos sexuales.
No quedaba remedio que recrear uno a uno en mi mente productos de audiovisuales de sexo grupales. Y así fue, cada persona loca tenía sexo entre la otra, tan increíble era aquello que poco pude contar al salir de ahí. Recuerdo que de un cuarto a otro habían temáticas diferentes para tener sexo, lo que si confirmo es que ese medio del pasillo que ven, fue lo único que me hizo el mejor tratamiento para mi trastorno mental: los colores diversos de un sexo alocado lleno de locura.
Redactado durante la espera para una consulta en psiquiatría en la famosa Benéfica en La Habana
La imagen es de mi propiedad.
Nota: el término loca/loco no está empleado como algo despectivo sino como algo relacionado con la grandeza de las mentes que son diferentes, y les dicen locas o locos.
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