Mi cuerpo se transforma en una prisión dolorosa.
Una prisión de alta seguridad que tensa mis músculos cada vez que quiero escapar.
Mi mente, una máquina de tortura que siempre está encendida. De día, de noche, incluso cuando estoy dormida.
No para de tensar mis huesos hasta el punto de sentir que se van a quebrar.
Pero no es así. Es solo una ilusión de lo doloroso que se siente.
La ansiedad me toma entre sus garras como su rehén, dejandome sin aliento. No puedo moverme, no puedo gritar, no puedo hablar.
Encerrada en mi propio cuerpo sin poder hacer nada más que sufrir en silencio.
Pequeños rastros salados en mi rostros son testigos de mi dolor interno. Una máquina de tortura interminable, que me hace querer huir hasta desaparecer por completo. Hasta que solo quede el rastro de lo que algún día fui.
My body becomes a painful prison. A high-security prison that tenses my muscles every time I want to escape.
My mind, a torture machine that's always on. Day, night, even when I'm asleep.
It never stops tensing my bones to the point where they feel like they're going to break. But they don't.
It's just an illusion of how painful it feels. Anxiety takes me in its clutches like a hostage, leaving me breathless.
I can't move, I can't scream, I can't speak. Locked in my own body, unable to do anything but suffer in silence.
Small salty traces on my face bear witness to my internal pain. A never-ending torture machine that makes me want to run away until I disappear completely. Until only a trace of what I once was remains.
Imagen: Monterrey
Traductor: Google
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