Al caminar algunos pasos me dí cuenta que un extraño animal descansaba encima de unas hojas secas que disimulaban una cama, no muy distante un olor a carne fresca me sacudió los sentidos e hizo que caminara sobre mis pasos, sentí el escalofriante temor de la muerte.
Fuí alejándome poco a poco pero sentía que alguien me observababa, corrí lo más que pude, dejando mi maletín y mi cámara en lo profundo de aquella cueva.
Mientras más corría menos sentía que avanzaba, no veía la salida, de repente tropecé y me golpee la cabeza, todo se fue haciéndose oscuro.
Ahora estoy atrapada, no me puedo mover y ni tan siquiera puedo observar que tengo a mi alrededor y me axfixia. Mis manos tratan de reconocer el lugar y sentir que me tiene atrapada.
Siento algo gelatinoso que cubre mis manos al intentar descubrir el rostro de lo que me aprieta, siento como una especie de patas largas y pezuñas, es gigantezco y grotezco, es mejor que no pueda verlo.
Me vienen miles de ideas a la cabeza, este horrible animal es mil veces mas grande que el que ví en la cueva, creo que debe ser su madre.
Habrá pensado que su hijo está en peligro. Será posible que este bicho le haya dado muerte al hombre de la cabaña. No puedo hablar, no sé si podré salir de esta, tengo que soltarme necesito vivir.
- Mamá, qué pasa? Porque te haz caido al suelo.
- Nada hijo, fue un mal sueño. Ven aquí abrázame.
- Qué pasa mamá?
- Nada hijo mío, sólo abrázame y quédate así por un momento.
- Quieres que te diga algo?
- Dime
- Hasta las madres que parezcan más horribles, van a defender a sus hijos por sobre todas las cosas, cueste lo que les cueste. Asi te defenderé siempre, más allá de la muerte.
- Siempre lo supe mamá, no te preocupes.
Había tenido un mal sueño y me cuesta levantarme de la cama, y estos rasguños en las piernas, debió ocurrir cuando me caí de la cama.
Voy a ducharme, se hace tarde, y estas sombras alrededor de mi cuello, no es posible, no fue sólo un sueño, mi cámara y mi maletín del trabajo no están.
Estoy enloqueciendo, no recuerdo nada, ni como llegué hasta mi habitación.
- Alejandro, dónde estas? Por favor contesta. Dónde habrá ido mi hijo?
La casa se siente en silencio, aquí no hay nadie.
Fuente
Y lo de antes, creo que estoy en otra dimensión, desperté en mi habitación, sólo para decirle a mi hijo cuanto lo amo y lo que estoy dispuesta a hacer por el?
Que extraño ese bicho, tenía patas grotezcas y dejaba salir una asquerosa baba de su boca, debe ser una especie producto de los inventos de ese extraño laboratorio de Madrid.
Necesito comunicarme con mis compañeros, ellos necesitan saber donde estoy y quien es el culpable de la muerte del señor de la cabaña, de seguro esa bestia sintió que su criatura estaba en peligro.
Es normal que digan que el amor de las madres es como un fuerte instinto animal, debe haber nacido en medio de la naturaleza, desarrollamos una fuerza descomunal típico de una bestia cuando el peligro acecha encima de sus crias.
Invito a @samantha06 a participar de este creativo concurso, gracias por leer mi relato.
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Así somos las madres 🤗
Exacto. Saludos 🤗
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