“Hay que aprender a celebrar, mismos partidos como este, por la victoria, el esfuerzo, para mí Santos tiene un buen equipo, debería de tener más puntos, tiene una delantera que me encanta. Fue un partido con mucha ofensividad de las dos partes. Los goles fueron errores puntuales, pero hay que seguir corrigiendo, así es el fútbol. Me quedo con un sabor de un partido que las circunstancias no fueron tan buenas al ir perdiendo al minuto 1 y poder darle la vuelta. El equipo siempre buscó generar, Acevedo tapó dos o tres goles. Lo ideal es que no sufras tres goles en un partido, éramos el único equipo que tenía un promedio de goles sufridos menos que uno por partido, hoy nos mató la media, pero tenemos que mirar las cosas buenas. La variante de jugar con Jonathan, Henry y Quiñones era una variante que no me pasaba mucho por la cabeza antes, pero dadas las circunstancias pasamos a considerarla y nos fue bien. El sentimiento era que podíamos meter siete goles, me quedó con eso.” - André Jardine tras la victoria del América ante Santos Laguna en el Estadio Azteca.
El fútbol, nuestro juego, es tan humano como nosotros que lo inventamos, lo practicamos y lo consumimos como espectáculo y el espectáculo, en su necesidad de conectar con lo humano, requiere de errores y no solo de aciertos. Hubo errores sobre la grama del -para 2026- tres veces mundialista Templo del fútbol mexicano y Catedral del fútbol mundial, errores que coadyuvaron al que el espectáculo ofensivo en el Coloso de Santa Úrsula derivase en una bacanal de goles en la que Club de Fútbol América se ha reconfirmado a sí mismo como el más serio candidato al título de la Liga MX en este torneo de Apertura 2023.
Y sí, el pasado reciente invita a la mesura, pues van ya varios torneos que los de Coapa se muestran absolutamente dominantes durante las 17 jornadas de la temporada regular, pero llegada la liguilla por el título, el América no termina de trascender. Quizá algo se rompió en el seno de Coapa aquella noche del 29 de diciembre de 2019 ante el Club de Fútbol Monterrey, desde aquella final en la que un grosero error -parte vital del juego como espectáculo- derrumbó la remontada que el América estaba perpetrando ante Rayados para apagar la apoteosis y la fiesta efervescente en el graderío del Estadio Azteca, sustituirla por una tensión abrumadora que terminó desembocando en la desolación que produce el perder, en una tanda desde el manchón, un juego que tenías ganado.
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— Club América (@ClubAmerica) October 22, 2023
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— Club América (@ClubAmerica) October 22, 2023El Club de Fútbol América es el único de los 18 equipos del máximo circuito en México al que no le vale con hacer un buen torneo o una liguilla decentemente aceptable, en América solo vale una cosa, ser Campeón y nada más, cualquier otro resultado que no sea la conquista de la copa representa -para prensa, afición, jugadores, cuerpo técnico y directiva- no menos que el fracaso absoluto. Así que este torneo en el que los de Coapa solo han perdido el primer juego, empatado tres y ganado los otros nueve -incluídos los clásicos ante Cruz Azul, Chivas y Pumas- en 13 jornadas disputadas, no servirá de nada si el líder general y mejor ofensiva del circuito se va de vacío nuevamente en la liguilla. La presión es grande, siempre lo es en el América.
No habrá margen de error en la liguilla dónde los duelos a matar o morir en formato ida vuelta pueden acabar con el sueño de la decimocuarta estrella liguera, pero el torneo regular sí que da espacio a los errores que pueden enderezarse con posteriores aciertos y con un yerro inexplicable del guardameta Luis Angel Malagón nada más comenzar el encuentro, arrancó Santos Laguna ganando el choque ante el América en el Coloso de Santa Úrsula; los locales cometieron una falta en su último tercio del campo a los 40 segundos y el volante argentino Juan Francisco Brunetta tomó el cobro, la cance era bastante lejana como para buscar el arco, Bruneta probó suerte y la encontró en una pésima acometida del guardameta azulcrema. Santos lo ganaba 0-1 con tan solo un minuto en reloj. ¡Ni ellos podían creer tanta belleza!
Poco tardó en reaccionar el América cual bestia herida, los dirigidos por el brasileño André Jardine, comenzaron a elaborar el futbol que les caracteriza, vertical y ofensivo a ultranza, empujando al rival contra su área, aunque, por momentos, le invite a atacarle para buscar explotar el espacio en largo con contragolpes cuasi quirúrgicos; el América maneja todos los registros ofensivos mejor que nadie en la rezagada comarca del futbol mexicnao. Errores cometen, pues el fútbol necesita de ellos, pero se encargan de superarlos con aciertos que embelesan el futbol y los ojos de espectador; sobre el minuto 13’ avanzaron los de Coapa por el andarivel derecho, y Leo Súarez extremo diestro del América jugó con Kevin Alvarez, su lateral, que lo había adelantado en la jugada, Álavrez centró al primer toque y encontró la dúctil testa de Henrry Martín que venció a Carlos Acevedo al contrapié. 1-1 para los locales que nivelaban las cosas antes del cuarto de hora.
Tras el empate, la vocación ofensiva de América siguió imponiéndose en el ritmo del encuentro, los de Coapa son un arsenal ofensivo que no entiende el fútbol si no buscando el arco rival y al minuto 19’ lo volvieron a encontrar; Álvaro Fidalgo se vistió de mariscal de campo y desató la carrera de Julián Quiñones, el recientemente naturalizado mexicano, escapó por potencia y buscó definir ante Acevedo que le tapó, pero con buena estrella el rebote lo dejó en posición de asistir a Jonathan Rodríguez que solamente hubo de empujar el esférico en línea de gol a puerta vacía. 2-1 había remontado América antes de cumplirse 20 minutos de juego; pero inmediatamente después del gol que daba ventaja al local, se equivocó Fidalgo en la salida de balón, nuevo regaló azulcrema, que Harold Preciado hizo bueno para emparejar los cartones con ayuda de un desvío de Ramón Juárez. 2-2 empataba la visita por cortesía de la casa.
Pero América quería irse al descanso con la ventaja y siguió buscando el marco de Carlos Acevedo -que volvía a plantarse bajo palos, tras casi 5 meses fuera de circulación por una lesión que le aquejaba el hombro- sin encontrar los caminos para vulnerar al meta Santista sino hasta el agregado de la primera parte cuando una mano de “Roni” Prieto evitó el gol de Quiñones, hecho que derivó en la marcación de un claro penalti que el propio Quiñones cobraría con pulcritud y precisión absoluta para evitar que la estirada de Acevedo ahogase el grito de gol. 3-2 se fueron los locales ganando al descanso.
Arrancado el segundo tiempo, Santos quiso hacer honor a su mote de “Guerreros” y dar batalla por los puntos con una verdadera joya de gol en el sabroso intercambio de golpes (en forma de goles); eran 52 minutos en el reloj Pedro Aquino recogió la pelota y descargó en Emerson Rivaldo Rodríguez sobre la frontal del área, el volante colombiano soltó una pegada tan brasileña como los nombres de pila que sus padres le dieron y la colgó de la escuadra para imposibilitar cualquier estirada de Malagón. 3-3 volvían a emparejar las visitas, aunque los locales tuvieron la última palabra al minuto 76, tras una larga progresión ofensiva en la que los de Copa hicieron tan larga como ancha la cancha del Estadio Azteca, Richard Sánchez en una pared, encontró al “Woody” Zendejas -que no sabe hacer sino golazos- cuya pierna zurda volvió a hacer explotar la algarabía azulcrema en la tribuna al sellar el 4-3 definitivo en una noche de pleno éxtasis futbolístico que brinda a los de Coapa licencia para soñar con la 14.
✍🏼: Paco Andújar ⚽