Historia de Amor en Medellín

“Cuando el amor llega así de esta manera…”. Así nos cantaba el tío Simón, maravilloso compositor venezolano ya fallecido. En su canción hablaba del cómo un hombre maduro se enamora de una jovencita. Ese no fue mi caso, ambos ya pasábamos los 50. Cuando conocí a esa mujer colombiana, los cordones de los zapatos se soltaron.

La conocí por allá en el 2009 en un evento de Microsoft en Barquisimeto, Venezuela. Nos presentó una amiga en común y al estrechar manos algo mágico pasó. Ella, oriunda de Medellín, estaba de visita en el país y nuestra amiga la había invitado para que conociera los nuevos productos de la empresa de Bill Gates.

Después de ese encuentro fue imposible dejar de ver a esa mujer. Todos los días hablamos personalmente, cada hora nos mandábamos mensajes por el teléfono y no faltó una noche en que nos deseáramos dulces sueños.

Fueron 15 días maravillosos en los que no me enteré de nada en el planeta. Pero llegó el día no deseado; se despidió, tuvo que volver para su país. Pasamos dos años conversando a través de video-llamadas por el Messenger de Microsoft. La herramienta fue tan útil que mantuvimos el contacto a diario. Pero eso no fue todo, el hechizo se hizo enorme y el amor floreció de tal forma que me sentí un adolescente y a la vez el hombre más feliz sobre la tierra. Días hermosos que solo tenían el detalle de la distancia.

Hasta que un diciembre le dije que ya no soportaba la situación de verla a través de una pantalla. Le dije que la amaba y que quería todo con ella. Ella me invitó a que me mudara. Esa respuesta, me robo una sonrisa y me creo una interrogante: ¿irme a Colombia?, eso no había pasado por mi mente. Le dije que sí. El 5 de febrero estaba descendido las escalinatas del avión en la hermosa ciudad de Medellín. Había dejado todo, trabajo, familia, hijos, amigos. Todo por ella.

En el aeropuerto, mientras esperaba el equipaje, la vi a través del cristal y mi corazón latió con tal fuerza que llegué a creer que los botones de la camisa volarían. No, no era por lo gordo. Era el amor.

Al estar frente a frente y con el primer beso, comenzó la más bella historia de amor jamás escrita. Solo vivida.

La portada es parte de muchas fotografías de paseos que disfrutamos. La imagen fue tomada en un centro comercial muy bonito llamado El Tesoro. Un año después, en el 2012, ella falleció por culpa de una enfermedad brutal y yo me sumergí en un océano de tristeza.

Hoy en día, después de mucho llanto, le estoy muy agradecido por haberme hecho sumamente feliz, dejándome recuerdos imborrables.

Me gusta esta inactiva, tengo muchas fotografías y miles de historias por contar. Gracias @lanzjoseg por permitirme participar.