El Paseo de los Candados: Amor Sellado en Puerto Madero

Hola amigos de Hive
Buen Lunes para todos, espero estén bien.
Ayer fui a pasear por Puerto Madero, disfrutando del paisaje urbano junto al río, y algo llamó mi atención. Las barandas que bordeaban el agua estaban llenas de candados, colgados como símbolos de amor. A primera vista, parecían algo común, pero al detenerme a observar más de cerca, noté la gran cantidad y variedad de ellos. Me intrigó que esta expresión de amor no era algo aislado, sino que se extendía a lo largo de todo el recorrido hasta llegar al Puente de la Mujer.

No pude evitar documentar todo lo que veía, tomando fotos de los detalles que más me llamaron la atención. Lo interesante no eran solo los candados en sí, sino las historias que parecían contar. Entre ellos, noté un candado grande entrelazado con uno más pequeño, lo que me llevó a imaginar que simbolizaba el amor entre un padre o una madre y su hijo.

Seguí caminando y encontré otros candados entrelazados, esta vez con dos anillos adheridos a ellos. Claramente, representaban a una pareja enamorada, posiblemente recién comprometidos.

Sin embargo, lo que más me intrigó fue ver un candado que aún conservaba su llave. Me detuve a pensar: ¿Sería que ese enamorado tenía dudas sobre su relación? ¿O tal vez esa llave guardaba un secreto que aún no había sido revelado? Estas preguntas rondaban mi mente mientras continuaba mi paseo hacia el Puente de la Mujer.

Casi al final del recorrido, encontré una última sorpresa que me sacó una sonrisa: un candado con un sticker que decía "¿Necesitas la llave? Nosotros te divorciamos". Fue un toque humorístico entre tanto simbolismo romántico.

Este paseo me llevó a reflexionar sobre el significado de esta tradición de colocar candados. Se trata de un ritual que, aunque tiene orígenes inciertos, se popularizó en el siglo XXI como un símbolo de amor eterno. La pareja coloca un candado, cierra el mecanismo y lanza la llave a un lugar inaccesible, como el río, para sellar su compromiso.

La tradición probablemente comenzó durante la Primera Guerra Mundial. Según una leyenda, una joven y su prometido, se separaron cuando él se enamoró de otra mujer durante la guerra. Para evitar un destino similar, las mujeres de la ciudad comenzaron a colocar candados en un puente como símbolo de amor y fidelidad.

Con el tiempo, esta costumbre se ha extendido a diferentes ciudades del mundo, como el famoso Puente de las Artes en París, convirtiéndose en un ritual romántico que sigue vivo hasta el día de hoy.

Es fascinante cómo algo tan simple como un candado puede encerrar tantas historias y emociones.