No matamos una bala...
Cuando era imposible salvar nada.
El mal tiempo roe, la vanidad.
Nos convertimos en extraños
Y que la luz se apague mañana,
Después de todo, él podría satisfacer su hambre.
Después de todo, el demonio en mí no morirá.
No te torcería tus suaves manos
¿Alguna vez encontrarás este mundo seguro?
La ventisca se dormirá y desaparecerá,
A veces me siento y miro en el vacío,
No perdería su sabiduría...
Gracias (pero agamos de cuenta que eres hombre).