Cuento: La aguja oxidada (parte III)

in #literatura5 years ago

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El sitio parecía desolado. En medio, había una gran torre bronceada y opaca, como el óxido de la aguja que llevaba en el bolsillo. No había obstáculos en el camino para llegar, pero la torre era altísima y las escaleras parecían interminables, y me veía en desventaja por lo alto de los peldaños y los corto de mi estatura. Haciendo un enorme esfuerzo que me llevó a consumir gran parte de mis energías, llegué al final, pero no sin llevarme una gran sorpresa… una puerta sellada trababa la entrada.
En un momento de desespero me desplomé al suelo, creyendo que sin una llave correcta no podría abrir dicha puerta. Lloré. Estando en el suelo a punto de sentirme derrotado, tuve una visión de mi mamá donde la veía abriendo su cofre… y recordé que llevaba la llave guindada en mi cuello, unida a la cadena que le había puesto su padre.

-“ESTO TIENE QUE SERVIR” – exclamé.

Y cuál fue mi sorpresa, que la llave encajaba perfectamente en la cerradura y abrió la enorme puerta. Mis ojos nuevamente quedaron extasiados por la luz que venía de adentro. Casi sentía que quedaba ciego, como si hubiera visto el propio Sol. Y cuando poco a poco se fue aclarando todo, pude distinguir…

Y la voz que siempre escuchaba en sueños, pronto se volvió a oír:

-“Ezequiel! Ezequiel!”…

Era una niña de cabellos de ángel, rizados y dorados, de ojos color paraíso, de rostro de pureza, blanca como la leche…pero estaba encadenada.

-“Ezequiel!, te estaba esperando. Yo soy Esmeralda. Gracias por venir a rescatarme” – me dijo la niña.

Me quedé estupefacto un rato y luego proseguí con mi propósito de llegar hasta el final. Saqué la aguja del bolsillo y leí las oraciones que estaban en el pergamino y con mi corazón limpio me encomendé a decir la palabra que
faltaba. Insistía e insistía leyéndolo y no daba resultado. Nada ocurría. Había perdido muchas fuerzas y eso disminuía mi confianza. La niña se percató de mi tristeza y me dijo:

-“TEN FE!, no tienes que hacer más nada, ni esforzarte más, ni recitar palabras
bonitas… deja que todo fluya”.

Y en ese instante cuando ya sentía que mi corazón se ahogaba, reflexioné he hice silencio… y allí, escuché la palabra perdida. Al decirla, un cabello dorado de la chiquilla comenzó a flotar y se iluminó a tal punto que se tornó blanco y desprendiéndose flotó hasta el ojo de la aguja, la cual atravesó.

En ese instante se desintegró el óxido de la aguja volviéndose brillantemente plateada y ésta me habló:

-“YO SOY, LA AGUJA DE DIOS Y MI OJO TODO LO VE. ES LA MENTE PURA QUE DEJA EL VACIO PERFECTO PARA QUE ENTRE EL HILO QUE CONECTA A TODOS CON LA FUENTE. MI MISIÓN ES REMENDAR LOS CORAZONES ROTOS, CURAR LAS ALMAS FRACTURADAS Y TRANSMUTAR EL ODIO Y TODO LO OPUESTO EN AMOR”.

En ese instante, el malvado Rey de la Neblina entró al cuarto de la torre donde estábamos. Quería la aguja, decía que debía poseerla porque no puede existir tal cosa que cambia el odio en amor. Que debe haber más odio en el odio y ese odio debe esparcirse por toda la humanidad. Y yo sin pensarlo, levanté la aguja y la lancé directo a su corazón.

Enseguida, la aguja entró en su pecho y coció cada herida abierta, sin propiciar un solo punto de dolor. El color negro del corazón y el alma del Rey pronto palidecieron y la neblina se disolvió…..Me salí del trance al despertarme de repente, me di cuenta que fue solo un sueño todo lo que experimenté pero comprendí su verdadero significado. Había encontrado el verdadero valor de la aguja sin gastar mucha energía averiguando aquí y allá, todas las respuestas estaban dentro de mí. Supe entonces que todo era un simbolismo: que la llave de mi madre es la llave que guarda los tesoros del pasado que te hacen ser firme en el presente; que Esmeralda es la verdad que nadie quiere saber y por tanto está oculta; que el señor malvado del castillo es el corazón impuro y lleno de dolor por el pasado que no quiere soltar; que el arroyo sin luz es el camino que transitas cada día de tu vida, el cual debes seguir para llegar a tu objetivo, aunque tengas miedo por lo desconocido, por los obstáculos que constituyen la neblina, la torre y la escalera; y que la aguja es el amor, que mientras siga la gente odiando y repudiado al prójimo, estará tan oxidado como para relucir como el oro, y que junto con la verdad, es la única respuesta que nos une a todos para ser felices. Este debe ser nuestro propósito en la vida: encontrar el amor sin desfallecer en la búsqueda, aunque seas diferente a los demás y la gente te desprecie. Tienes que aprender el valor de ser tu mismo….

-Abuelo, esa historia está bonita. ¡Cuéntame otra!.

-Ahora no nietecito mío, es hora de dormir. Buenas noches.

--o—

Fin.

Autor: @artelita

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