y no para ni descansa,
anda por los caminos
sembrando discordias
y hazañas bélicas,
otras veces, usa virus,
enfermedades e infartos
cuando menos te imaginas.
Y llegado un momento cualquiera
se entretiene en contar abuelos
los mete en un saco y se los lleva.
Y si corres ella te alcanza.
Al final hay más muertos que vivos:
¡no me digan que no es mala leche
descansar en paz, pero muerto!