sino por ganas de amar algo que aún no encontraba, en la luz de la mirada de las almas que abrazaba,
no veía el suspiro divino ese que alzar las manos al cielo y daba gracias por tenerlo...
Al verlo morir El deseo no haberla traído con el jamás, aquel tonto humano se arrepintió, porque no la tuvó nunca más y la flor a cambio en su despedida solo sintió amor, puro amor que la invitaba a olvidar y amar.
Transforma y perdona.
Vida eterna a quien ama.
No puede morir quien da su vida por amor...
Inclusive dicen que los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos.
Ya saben que hay de cierto en esto."
"Aquella flor se entregó al amor, aunque ella no se desprendió de su tierra., en su camino ella debía ser desterrada por su amor, para ser libre... El humano se enamoró y entre ambos la energía del amor se avivo, no hubo límites ni diferencias para que el amor fluyera
Pero al ser arrancada su muerte se acercaba y mientras que el humano se arrepintió de su acción, creyó que debió dejarla en su lugar, no quería aceptar que moriría por su propia acción de querer tenerla, la flor solo se sintió tan amada que hasta el último momento de su vida solo pidió tres cosas, su tierra, el placer de vivir y su alma... Nunca desprecio la muerte, las aceptó y se entregó a ella como un hecho propio de su naturaleza...
Al pedir aquellas tres cosas a Dios la flor encarnó pero con la virtud de ser humana, sus tres deseos se cumplieron, su tierra, el placer de vivir y su alma. Ahora encarnada como un nuevo ser humano, de inteligencia amorosa. Depositando fe de un nuevo ser, la flor con su alma ahora representa al nuevo humano, el hombre consiente y amoroso... Un ser que no tomara la flor para llevarla consigo, sino el humano que la dejar a ser libre"