Que al inicio de La imaginación sociológica Charles Wright Mills nos afirme que las personas advierten que sus vidas privadas son una serie de añagazas (1985: 23), es un punto de partida para comprender la Sociología como un estudio de la crisis. La añagaza, según el diccionario ideológico de la lengua española, es un artificio para atraer con engaño. ¿Pero qué lleva a sentirse engañado? La respuesta en resumidas cuentas está resumida en una famosa sentencia de Marx:
"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidos por ellos mismos sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado" (2003: 10)Aunque el hombre moderno se descubre a sí mismo como amo de su destino también tiene un conocimiento, aunque no sea explícito, que, y retomo con Wright Mills, en sus mundos cotidianos, no pueden vencer sus dificultades (1985: 23).
La mayor dificultad que encuentra el individuo moderno es justamente vivir en un mundo que va más rápido de lo que puede asimilar en lo que Habermas denomina la disolución de los sistemas sociales tradicionales (1989:19). La crisis espiritual de la asimilación de un nuevo mundo que ha llegado a una velocidad de vértigo. Esta crisis nos deja a un individuo incapaz de asimilarse a sí mismo en relación con el mundo, no ve, en palabras de Wright Mills, la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de la historia, del yo y del mundo (1985:23).
Pero justamente la cuestión es que el Yo se siente divorciado de un mundo tan acelerado que cambia entre cada vez menos generaciones hasta un punto que una sola generación ha vivido todas las transformaciones acontecidas en las últimas cinco décadas y teniendo en el transcurso de su existir la suficiente lucidez como para poder lograr ir asimilando todas y cada una de las transformaciones acontecidas, tanto tecnológicas, desde la consolidación de la televisión al Internet o al Skype, como políticas, desde el surgimiento del discurso positivo sobre la Democracia hasta la crisis del 2008 y las secuelas a la misma. Y acorde a esto las generaciones posteriores, estando la mía apenas entrando en la mayoría de edad, ¿qué pueden esperar? Justamente a esta cuestión entre Yo y mundo remite Ralf Dahrendorf (1962:11) cuando dice:
Sin duda que, en cierta medida, el sociólogo es deudor de la sociedad en que vive, mas su deuda sólo le obliga a elegir los objetos de su investigación de manera que los resultados de ésta -si llegara a ellos -puedan contribuir a que la sociedad logre una explicación sobre sí misma y no a más.
La Sociología como estudio de la crisis no busca, como bien aclararía Robert Michels (1979:8) en Los partidos políticos, "descubrir ni redescubrir soluciones, puesto que no existen soluciones absolutas para muchos problemas de la vida de los individuos ni para los de la vida de los grupos sociales", sino, y agrega el propio Michels, "ha de ser, más bien, exponer de forma desapasionada las tendencias y fuerzas antagónicas. Las razones y refutaciones; exponer, en resumidas cuentas, la trama y la urdimbre de la vida social. El diagnóstico preciso es el requerimiento lógico e indispensable de todo pronóstico posible". Y es importante entender que esa visión desapasionada no es neutral pero tampoco toma partido en el terreno de lo que podemos llamar "la lucha política". Al final, el fin de la Sociología acá planteada es justamente, en concordancia con la cita de Dahrendorf, una sociedad autorreflexiva. Y bajo esa premisa la Sociología le debe hablar a todo el público involucrado. La Sociología, siempre entendida como estudio de la crisis, es una mirada histórica de lo no resuelto de una sociedad.
Esta pintura La libertad guiando al pueblo es un ejemplo de representación de la transformación del mundo en uno diferente al tradicional aunque esta transformación viene dándose desde la misma edad media
Es curioso ver cómo realmente la asimilación espiritual del Mundo moderno, con las implicaciones y transformaciones que este trajo, es justamente el conflicto que pone en igualdad de condiciones a la teoría clásica de la Sociología. Los tipos de preguntas que Wright Mills (1985: 26) nos pone como preguntas de la teoría clásica son fundamentales como preguntas que se debe hacer toda Sociología que quiera abordar la crisis de la emergencia de una nueva época, de una nueva atmósfera cultural, y de nuevos tipos de individuos:
- ¿Cuál es la estructura de esta sociedad particular en su conjunto? ¿Cuáles son sus componentes esenciales, y cómo se relacionan entre sí? ¿En qué se diferencia de otras variedades de organización social? ¿Cuál es, dentro de ella,el significado de todo rasgo particular para su continuidad o para su cambio?
- ¿Qué lugar ocupa esta sociedad en la historia humana? ¿Cuál es el mecanismo por el que está cambiando? ¿Cuál es su lugar en el desenvolvimiento de conjunto de la humanidad y qué significa para él? ¿Cómo afecta todo rasgo particular que estamos examinando al periodo histórico en que tiene lugar, y cómo es afectado por él? ¿Y cuáles son las características esenciales de ese periodo? ¿En qué difiere de otros periodos? ¿Cuáles son sus modos característicos de hacer historia?
- ¿Qué variedades de hombres y de mujeres prevalecen ahora en esta sociedad y en este periodo? ¿Y qué variedades están empezando a prevalecer? ¿De qué manera son seleccionados y formados, liberados y reprimidos, sensibilizados y embotados? ¿Qué clases de "naturaleza humana" se revelan en la conducta y el carácter que observamos en esta sociedad y en este periodo? ¿Y cuál es el significado para la "naturaleza humana" de todos y cada uno de los rasgos de la sociedad que examinamos?
Estas son preguntas que pueden nacer de una Imaginación sociológica que está más cerca de la Sociología clásica que de cualquier otra. Y ese es uno de lo puntos claves por los que me gusta retomar al problema de la Crisis: Estas preguntas no han sido debidamente abordadas por ninguna Sociología que conozca en mi país. Digamos que sin terminar de pulir una Sociología clásica que sepa abordar tanto las preguntas generales de la Sociología clásica, debidamente ejemplificada y tipificada en las anteriores puestas, como de las particulares. La sociedad venezolana, y este es un lugar común de la reflexión histórica, está en una crisis histórica particular, y presente, así como una serie de crisis generales que la dejan en un lugar extraño. Quizás al plantear esto sobreestimo a la sociedad venezolana que es la que conozco pero, por ejemplo, la constante histórica de ver el pasado como aquello a negar es inmensamente curioso. Sucede con la República y la Colonia, con los Liberales y los "godos" conservadores, ocurre con el guzmanato, ocurre con la Venezuela de los caudillos tradicionales, con los Andinos en el poder (específicamente hasta el gobierno de Medina), con el gomecismo (forma extraña de meter en el mismo saco tanto a Gómez y su bando como sus adversarios, específicamente la generación del 28) uno de los discursos latentes de Pérez Jiménez, con el miltarismo andino, con la dinastía adeco-copeyana, con la Cuarta república, y, no se sorprendan, con la Quinta república o Chavismo. Ruptura tras ruptura, nuestra historia, aparentemente, trata de cómo surgen fuerzas que no quieren tener continuidad con aquello de donde venimos. Esto deja a una sociedad cuya herencia es siempre negada, sin pasado. Que no se retrotrae ni se asume a sí misma heredera de todas las falsas patologías de su historia.
Esta relación con la historia pasada es un ejemplo de la Crisis histórica venezolana que no solamente está lejos de terminar sino que ya casi está garantizada su reproducción en el mundo pos-chavista. Porque aquello que representa la Venezuela con la que rompemos normalmente se la deja viva como un recordatorio constante de que no queremos regresar allá.
El otro ejemplo es, desde luego, cómo todavía estamos en el proceso de asimilación de la disolución acelerada de los distintos tipos de "sistemas sociales tradicionales" venezolanos. Desde la llegada de la república con la independencia, los sistemas sociales tradicionales venezolanos no son estables, están en una crisis y una situación hostil. Aunque con los andinos se apacigua el país del más importante sistema social tradicional que es el caudillismo militarista, esto nos deja con una Venezuela que está todavía embelesada por el país urbano que, de cierto modo, soñó Guzmán Blanco. Por otra parte con la entrada del Petróleo, y la Cultura del Petróleo, cambia por completo la dinámica de trabajo y de organización de la estructura social fuera de las capitales, y, a su vez, cada época petrolera y el uso que se le da al beneficio que este genera también altera los sistemas sociales venezolanos. El petróleo al ser el instrumento que nos llevará al progreso y la modernidad, sus efectos y consecuencias de la existencia del mismo son partes de la crisis del venezolano moderno.
La mayor crisis espiritual que debe responder una Sociología como estudio de la crisis es en qué lugar y en qué tiempo está situada nuestra crisis y cuáles han sido las formas de estudiarla y abordarla antes de nosotros mismos. Pero esto es estar en tensión con todas las partes de la estructura social tradicional, presente y, también y esto es importante, las emergentes: el advenimiento de un país, y de una Venezuela, posterior al Chavismo.
Bibliografía:
Dahrendor, Ralf. Las clases y sus conflictos en la sociedad industrial link
Habermas, Jürgen (1989). Teoría de la acción comunicativa
Marx, Karl (2003). El 18 brumario de Luis Bonaparte link
Michels, Robert (1979). Los partidos políticos link
Wright Mills, C. (1985). La Imaginación sociológica.
Fuente de las imágenes
Quisiera comenzar felicitándote, Miguel. He estado viendo tu trabajo desde que iniciaste en Steemit y me parece importante rescatar el crecimiento que has tenido dentro de la misma, no desde tratar temas interesantes, que siempre lo has hecho, sino desde el tratamiento de los mismos.
Veo en este ensayo una aproximación más digerible para un tema denso. No porque no haya usuarios de Steemit que no puedan asimilar contenido más extenso, sino que poder aproximar tus conocimientos a una mayor audiencia siempre es importante, sobretodo en plataformas como esta.
Haz acertado en un tema importante, que va más allá de la "mala memoria del venezolano" y es cuando mencionas:
Siento que esas aceleraciones son principalmente asumidas por el venezolano sin estar listos, siempre me pregunto ¿Somos verdaderamente un país moderno? ¿cómo podemos hablar de pensamiento post-moderno cuando somos un país que ni ha pasado esta etapa histórica y lucha por mantenerse al ritmo de este Mundo que mencionas? También sería interesante conocer, y esto lo hago más como pregunta, si existe algún estudio que hable un poco de este "Socialismo del siglo XXI" ¿Puede ser un término real o sólo una barbarie más?
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Hay una imagen que se me hizo en la cabeza leyendo una entrevista a José Ignacio Cabrujas en la que habla de Catia y de Peréz Jiménez. Lo que rescato de esa entrevista es la imagen extraña que transmite del gobierno de Pérez Jiménez, como un gobierno de Construcciones pero sin personas. De cierto modo, desde el inicio del proyecto de Guzmán Blanco, así es la modernización venezolana. Realmente nuestro legado Petrolero dejará más edificaciones que prosperidad moral, espiritual o existencial.
Si la modernidad es un estado de conciencia de la mayoría lúcida de los individuos que hacen vida en una república, no lo somos ¿pero quién lo es? Si la respuesta es otra, estaríamos en veremos dependiendo siempre de la respuesta.
Sí, hay estudios sobre este "Socialismo del siglo XXI".
Muy interesante esta publicación, pienso que es un tema mucho más extenso pero que supiste abordar aquí y que da para mucho más, para ese estudio de está crisis con las características de nuestra sociedad.