A diario siempre conocemos personas nuevas en nuestra vida, ya sea en el mercado, en el banco, en un súper mercado, en cualquier lugar, algunas de ellas se convierten en amig@s o también en parejas, desde ese momento en el que vamos conociendo a alguien tenemos varias expectativas una de ellas es saber cómo es esa persona, aunque no sea como queremos, eso no quiere decir que no valgan la pena. Cada quien es diferente en su forma de ser y pensar, no podemos juzgar jamás a una persona por lo que es, detrás de cada personalidad o manera de ser hay una historia ya sea de dolor o felicidad, cada persona está marcado por algo, sea triste o no. Debemos tener en cuenta que debemos valorar a las personas así no sean como pensamos que serían y si tal vez necesitan ayuda lo mejor es ayudarlos a cambiar su forma de ser, con amor, paciencia y ternura porque tal vez otra persona no lo haga. Debemos aprender a valorar el esfuerzo de las personas, ya sea por cambiar o mejorar alguna parte de su vida, de su manera de ser o actuar, aunque eso no es nada fácil. Solo pensemos en nosotros mismos, imaginemos que en algún momento necesitamos ayuda de alguien, necesitamos que alguien nos dé un empujoncito para poder hacer eso que vemos tan difícil. ¿por qué no darle ese empujoncito que alguna vez nosotros necesitamos? Es cierto que muchas veces necesitamos concéntranos en nosotros mismo ya se para crecimiento personal u otra cosa, pero imaginemos que todos nos ayudamos, imaginemos que si nosotros mismo comenzamos y damos el ejemplo en lo que sea y ponemos en práctica todos aquellos valores que desde pequeños nos enseñaron en el colegio o en la casa como lo es el amor, humildad, paciencia, comprensión, generosidad, compromiso, perdón, unidad y muchísimas cosas más vamos a lograr muchas cosas. Si ponemos el ejemplo muy pronto tendremos un mundo mejor. Si comenzamos con los más pequeños enseñándoles todas esas cualidades, seamos como los niños que repiten todo, pero repitamos todo lo bueno y jamás lo malo, enseñémosle lo bueno con nuestro ejemplo a esos niños que ahora van creciendo más cada día, para que ellos a medida que vayan creciendo pongan en práctica todas esas cosas buenas que en su infancia les enseñaron y muy pronto en algunos años, tendremos personas buenas, con ganas de hacer las cosas bien como sus padres, maestros, tíos, abuelos, primos, le enseñaron que tenían que ser. A valorar, respetar, comprender y muchos otros valores que en estos momentos le hacen falta a muchas personas
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