A duras penas pudo terminar la primaria, de hecho siempre entraba tarde porque tenía que ayudar con los animales y en la huerta a su padre. En efecto sino hubiera sido por la intervención del alcalde no pasa de la escuela, puesto que un maestro no lo dejaba entrar a él y a otros compañeros por llegar retardados a la clase. Los niños desconsolados ante la actitud del docente fueron hasta la alcaldía donde fueron convocados a una reunión para el día siguiente.
A la siguiente mañana llegaron a la alcaldía a la hora pautada y les hicieron pasar directo al despacho del alcalde; para sorpresa de los chicos allí además del burgomaestre se encontraba también el maestro.
- Para ver esas manos-indico el alcalde.
Inmediatamente los chicos extendieron las manos con las palmas hacia arriba.
- ¡Aja, estos son niños trabajadores! Vea esas manos maestro, deje entrar tarde a los niño - exclamo el alcalde.