He visto con preocupación, como las madres de hoy están criando a sus hijos. Parece que les tuvieran miedo, ellos son los que mandan, les gritan, no las respetan, son desobedientes, etc.
A los niños, así como se les da amor, también se les debe tratar con mucho carácter y si es necesario, castigarlos o darles un par de nalgadas, sin llegar a la violencia por supuesto. Ellos, a partir de los 5 años, quizás antes, ya razonan; es por eso que patalean, lloran y gritan para conseguir lo que quieren y en muchos casos, lo consiguen. Ellos tienen esta actitud por que sus mamás lo permiten.
Si tomas la decisión de pegarle (de nuevo, sin llegar a la violencia) o castigarlo, debes decirle por qué lo haces y cuando comience a llorar y a gritar, ignóralo, déjalo sólo, seguro gritará más para que tú lo oigas, pero ni voltees a verlo. El no va a parar hasta que tú te doblegues ante él, pero tú sin gritarle, dile que por favor llore afuera (en el patio o en su cuarto) porque no te deja oír la música o la televisión.
Tengo un hijo y confieso que fui fuerte con él, le daba sus nalgadas cuando estaba pequeño, sobre todo cuando se portaba mal en la escuela; pero no me arrepiento, porque hoy es un profesional, responsable y muy respetuoso. En una oportunidad, cuando no me obedecía, le dije (sin gritarle y con mucho carácter): "lo lamento, pero en esta casa tú no vas a estar con groserías porque tú dependes de tu papá y de mí, puedes seguir con tus groserías pero no aquí, recoge tus cosas y te vas, tu verás para donde, llama a tus tías para ver quien acepta quedarse contigo y ponte a trabajar". El resultado: después de ese día y hasta la fecha, mi hijo no volvió al faltarle el respeto a nadie.
El hecho de ponerles carácter a los hijos, no quiere decir dejar de darles amor, los besos y abrazos nunca deben faltar; es importante jugar y compartir tu tiempo libre con él, preguntarle que hizo en la escuela, enseñarles valores. Esto se llama tiempo de calidad. No lo abandones, cuando están pequeños es cuando más nos necesitan.
Yo creo que si todas las madres hacemos esto, el índice de delincuencia bajaría notablemente; tomando en cuenta que esta problemática se debe en gran medida a que muchos padres abandonan a sus hijos con la excusa del trabajo o por conflictos matrimoniales. Debemos tomar consciencia al respecto.
Tu lo has dicho, una nalgada a tiempo, un "soplamocos", un coscorrón... de esos que pican y duelen más en el orgullo que en las carnes.
Como nos los daban en mi niñez....a todos, para bajar los humos, porque con los humos subidos, no se puede razonar.
Magnífico post!!!
Así es. Como olvidar esos coscorrones ¿cierto? Jajaja.
Gracias por tu comentario! :)
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