Los tres soldados salieron despavoridos ante tal atrocidad el descuido les había costado mucho, no había mas salida. Dejaron todo atrás refugiándose dentro de escombros de suciedad allí permanecieron hasta ser olvidados por aquellos que los buscaban incansablemente, no cabía duda que ese error les había costado la vida, pasado unas horas, cuando la soledad se apodero de la zona, los temerarios soldados con cautela siguieron su rumbo, buscado un nuevo escondite pero principalmente ideándose un nuevo plan.
Fred era un hombre alto de hombros anchos y un poco desconfiado, Louis tenia una mirada misteriosa, ojos profundos que buscaban esconder una verdad y por ultimo Steven, el de las ideas un joven de buen parecer de cabellos negros. Los tres compartían un gran secreto, uno que podría poner fin a la destrucción del mundo si la suerte se ponía de su lado.
Pasadas unas semanas en una casa vieja y agrietada ubicada en la calle 51 del callejón azul, se escuchaba el susurro de tres individuos, tratando de enlazar y poner en orden el plan, el enojo y la frustración no se hicieron esperar los recursos con los que contaban no les era suficiente. Fred observando la zona desde la ventana del comedor esbozo unas cuantas palabras - Ya se cumplió una semana y no hemos hecho nada ¿No creen que debemos acelerar todo?.
-No sabemos si las condiciones estén dadas, vamos a esperar un poco mas- dijo Steven. Louis por su parte se mantenía pensativo encajando las piezas del rompecabezas. Un extraño ruido provino desde afuera de la casa. Las respuestas que necesitaban las hallarían en otra persona, una que no se esperaban, la cual posiblemente tendría la clave para poner todo en marcha.