El espejo - Concurso de literatura Historias Creativas

      Damián se encontraba cansado, sentado frente al monitor, eran ya las tres de la madrugada; tras una noche de trabajo sus párpados le pesaban. Cabeceaba mientras intentaba mantenerse despierto, con la firme convicción de terminar su trabajo a tiempo, pero la fatiga fue más fuerte, y antes de desfallecer sobre su teclado, decidió tomar un poco de agua e ir a su cama a descansar, y continuar la labor al día siguiente.

      Luego de tomar agua, apagó su portátil y la luz de la habitación, se metió en su cama, sin notar nada raro o fuera de lo común. Lo único que le pareció atípico, fue el frío que hacia aquella noche, demasiado frío para estar en pleno verano, pero su fatiga era tal que no se detuvo a pensar, solo trato de dormir. Cerró los ojos, su cansancio era grande que el pobre se quedó dormido en segundos, y así estuvo un par de horas, soñando con cualquier cantidad de tonterías, moviéndose en su cama mientras lo hacía. Luego de un rato y de repente recobro la conciencia, pero algo estaba mal, su cuerpo yacía boca arriba e inerte, como roca sólida, como clavado a la cama, sus ojos bien abiertos, pues solo de ellos tenía control.

      Ojos que escudriñaban la habitación totalmente oscura, solo contaba con los pequeños rayos de luz, que se filtraba furtivamente por sus cortinas, dejando entrever algunas formas, sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro lado buscando y buscando. Sin previo aviso, la presión aumento en su pecho, al ver la forma que de repente fue tocada por un haz de luz, era una figura oscura, alta, desgarbada de una presencia desagradable, con ojos de un brillo azul tenue, como si de esferas de vidrio pulido se tratase. Nuestro amigo clavó su mirada en el hermoso azul de los ojos del espectro, que ahí yacía inmóvil, se perdió en ellos un segundo, pensó rápidamente; y entendió que esto debía ser producto de su imaginación, no había manera de que eso fuera real. Damián hizo un gran esfuerzo, puso su mente a trabajar y pudo tomar control nuevamente de su cuerpo.

      Cerró y abrió los ojos, ya todo había pasado, miró hacia donde estaba la sombra, y ya ahí no había nada, intentó estirar la mano para tomar el control de su televisor, con la intención de encenderlo y refugiarse en el fulgor de la pantalla, pero su mano se congeló, a centímetros del objeto que él creía su salvación, todo para él carecía de sentido, escudriñó nuevamente la habitación con sus ojos y no encontró nada, hasta que observó al espectro posado en la cabecera de su cama, sus ojos brillaban con ese tono azul, y poco a poco se fueron tiñendo de un rojo intenso, el intentó gritar, pero de su boca no salió palabra alguna, en ese instante comprendió que ya no se trataba de un sueño, el espectro se abalanzó sobre su pecho a una velocidad alucinante, mientras el cuerpo de nuestro héroe se tornaba más y más pesado. Se hundía poco a poco en su colchón, mientras un frío le recorrió la columna, al ver que los ojos rojos del espectro se alineaban con los suyos, mientras este le decía con una voz gruesa y torcida, ahora somos uno, y a donde vamos nadie podrá oírte gritar.