Hola, Amig@s, aquí estoy nuevamente con Remembranzas de una Vida, porque por el momento las Conversaciones sobre Responsabilidad Social Empresarial, salieron de vacaciones.
Al presentarme a Steemit, entre otras cosas dije que era “materia prima importada, ensamblada en Ciudad Bolívar-Venezuela”.
Ambas ramas del árbol genealógico, paterna y materna, han tenido formación musical para el canto, "el txistu y la dantza" por cuanto han estado enganchados con las manifestaciones folklóricas del Pueblo Vasco, que trasladaron cuando migraron, tales como las que observan aquí.
El Txistulari es Gaizka, mi Papá, en la Iglesia de San Félix – Estado Bolívar
Monseñor Francisco Xabier Zabaleta, oriundo del País Vasco, llegó a tierras guayanesas en 1953, en donde realizó innumerables obras sociales, de aquí que una de las Avenidas de San Félix lleve su nombre.
Pues bien, Monseñor y Gaizka se conocieron por coincidencia y de inmediato acordaron que la Procesión del Domingo de Resurrección estuviera acompañada por un grupo de paisanos, para que con sus buenas voces reforzaran los cantos, a la vez que Gaizka entonara las melodías con el Txistu y llevara el ritmo con el tamboril.
La experiencia se repitió en varias ocasiones y la foto es la evidencia de 1956.
Permitanme que retroceda a 1950, cuando nuestro ilustre Monseñor Angostureño , Constantino Maradei Donato, y el notable Organista/Músico de la Catedral en ese entonces, Padre Secondo Ferrero, fundaron el Orfeón “Ciudad Bolívar”.
Sus directivos fueron los esposos Jesusa y Gaizka, mis progenitores, porque además de ser los “adultos” del grupo, (los demás participantes eran jóvenes estudiantes, mozos y mozas), se ensayaba en el zaguàn de la casa familiar, en la Calle Libertad, allàááá en el casco de la ciudad.
¿Y adivinan quien era la mascota?...
Según contaron por ahí, estaban cantando atentos a la dirección y de repente se oye a alguien que desafina.- Interrumpen y reanudan el ensayo, mientras el Padre Ferrero y Monseñor empiezan a detectar quién desentona… detrás de ellos ¡estaba Estibalitz! (1 año), quien emocionada con la armonización de los sonidos “canturreaba”…entonces, me designaron como mascota y primera fans del Orfeòn.
Aún cuando en oportunidad anterior hice referencia a este Orfeòn “Ciudad Bolívar”, es grato recordar que Jesusa y Gaizka armonizan sus voces, en compañía de jóvenes como por ejemplo las Hermanas Siegert Mariani (Carmen Elena, Hilda y María); además de Teresita Ortiz, su hermano Marcos Ortiz, Luisa Rojas, Reyitas, Virgilio Cristian Decán-“Aly Khan”, Eduardo Melgar Viamonte (dedicado posteriormente a enseñar Canto Lírico en esta Ciudad).- Así como sirven de guía a losTiples, , niños en ese entonces, como los Hermanos Pérez Rossi (César, Iván, Yocoima, Haley) y otros más, quienes iniciaban sus inquietudes musicales.
El Bolivarense”. 15.08.1991. Fotografía que se guarda en el “Baúl de los Recuerdos” de la Familia.
Los que salen en un cuadro rojo son Gaiska y Jesusa, los personajes que les estoy contando (mis padres).
En otras ocasiones, con el Centro Vasco (Eusko Etxea) de El Tigrito, mis Padres participaron en eventos originados por el efecto diáspora en este País; y también con sus paisanos residentes en el Estado Bolívar, intervinieron en eventos regionales venezolanos, como el que se contempla en esta evidencia, rescatada del “Baúl de los Recuerdos”.
Club deportivo social “LA CANCHA” – Ciudad Bolivar - Carnavales - 1964
Los Dantzaris : Tere Roncal de Vigiristi y su Esposo Jesús (ambos de Pamplona-Navarra)
Esto implica que debo tener una carga genética propia de Euskadi, en donde hay un dicho popular : “Cuando un vasco canta, es un Solista. Cuando se juntan dos para cantar, resulta un Dúo. Cuando cantan tres…!es un Orfeón!.”.
Desde que nací he participado en eventos donde la protagonista ha sido la combinación armónica de sonidos.-
Ya en la entrega de “Remembranzas de una Vida –¡Sustooo!”, conté cómo mis Padres formularon una promesa en acción de gracias porque la Música me había salvado: “Durante las Misas de Medianoche (entonces Misas de Gallo) de cada 24 y 31 de Diciembre, que se celebrara en la Capilla del Colegio, mis Padres cantarían con el Coro. Cuando cumplí cinco años, me incorporaron con la canción de ´Vamos Pastores vamos´, de cuya estrofa me asignaron el solo.- Y así hasta 1961, cantamos cada 24 y 31 de Diciembre, en honor del Niño Jesús, quien me concedió, ya entonces, el regalo de la Vida.”
De aquí que la Música en mi Vida ha formado parte del entorno familiar, personal, laboral, con algunas memorias que continuaré relatando.
En la Ciudad Bolívar de antaño, se realizaban actividades de diversas manifestaciones culturales.
Por ejemplo, en las Familias se conformaban conjuntos de aguinaldos y villancicos que visitaban las casas del vecindario con serenatas diurnas, mientras se disfrutaba de hallacas, dulce de lechoza, torta negra y demás “delicatesses” propias de las festividades decembrinas. Y cada familia visitada, se incorporaba al conjunto, multiplicándose las voces y los instrumentos.-
En mi caso, el grupo estaba conformado con las amistades que se originaron en el Orfeón “Ciudad Bolívar”, con quienes cantábamos en Navidad, también en Semana Santa, en Fiestas Religiosas, en las Fechas Patrias y en las Nativas. Con ellos aprendí hermosas canciones venezolanas y también del repertorio internacional.
Aaaahhh ¿y qué cantaba?
En Navidad, “Noche de Paz”, “Adeste Fideles” (Latín y castellano), “En Noche Plácida”, “De Contento”, “Purísima María”,…también “Hacia Belén va una burra rin,rin, yo me remendaba, yo me remendé…”
¿Saben cual otra? : “CORRE CABALLITO”. Que NO es de Autor ANÖNIMO y que me disculpen César, Iván y compañía.
El popular Aguinaldo Guayanés, “Corre Caballito”, es una composición de Monseñor Constantino Maradei y el Padre Secondo Ferrero, para el Orfeón “Ciudad Bolívar” en donde los Pérez Rossi lo aprendieron. Claro, después lo difundieron como ícono navideño de “Serenata Guayanesa”.
¿Qué cómo lo sé? .Recuerden que la suscrita fue la mascotica y fans de dicho Orfeón.
En Semana Santa, en la ceremonia del Viernes Santo en Catedral, fueron numerosas las ocasiones en que cantamos el solemne “POPULE MEUS”, de José Ángel Lamas, quien compuso esta joya de música sacra en 1801 para Orquesta de diferentes instrumentos...que hoy día, al escucharlo, sigue estremeciéndome.
En los actos de las Fechas Patrias, en las grandes solemnidades, se seguía la tradición de origen universal de elevar himnos de agradecimiento especial a Dios por todos los dones recibidos para el País y sus Ciudadanos. En Catedral cantábamos, ¡en latín!, el “TE DEUM LAUDAMUS”, himno antiquísimo cristiano basado en los Salmos 113 y 114.
Sobre esto, puedo añadir una anécdota, de un 5 de Julio, cuando durante la remodelación por el Arquitecto Gasparini la Catedral funcionaba en la antigua Iglesia de las Siervas del Santísimo.- Cantamos el Te Deum y por su espíritu patriótico, Monseñor Crisanto Mata Cova siempre finalizaba con el Himno Nacional y el Himno del Estado.- Cuando iniciamos “Con áureos buriles, tus magnas proezas…”, sólo se oían nuestras voces y la de Monseñor. Al terminar el Himno del Estado Bolívar, Monseñor bajó del Altar y reprendió a las Autoridades de las Fuerzas Vivas de la Ciudad que estaban presentes con sus flamantes uniformes (de cada Fuerza, en aquel entonces), porque no podía admitir que no supieran cantar el Himno del Estado. Para la suscrita no fue tan extraño: casi todos eran ajenos a la región, con traslados por sus cargos.- Claro, claro, podían haber hecho el esfuerzo de aprenderse el Himno, aunque sea para cumplir con el protocolo, ¿verdad?..
Cuando la Universidad de Oriente-Núcleo Bolívar, decidió formar su Orfeón, entre otras personas amigas, invitaron a Gaizka-Jesusa-Estibalitz como refuerzo para estimular a los estudiantes que decidieron incorporarse.- O sea, junto con Teresita y Marcos Ortiz, bajo la conducción del conocido Director Agustín Acosta Molero, fuimos fundadores del Orfeón, en el cual de inmediato iniciamos los ensayos con el Himno de la UDO (Letra : Lucila Velásquez. Música: Inocente Carreño), que alienta a los Jóvenes para que se acerquen caminando al Oriente a la puerta triunfal de la Casa más alta…
Pero no todo fue tan tradicional. También nos estremecieron los criterios desarrollados cuando participamos en el ORFEON CINÉTICO de Ciudad Bolívar, bajo la dirección del sin igual músico Angostureño JOSE FRANCISCO MIRANDA, a quien se le conocía como FITZÍ MIRANDA.-
Fue una extraordinaria experiencia. Iniciamos con las cuatro cuerdas tradicionales (sopranos, contraltos, tenores y bajos), interpretando con su correspondiente armoniosa composición.- Y en mis recuerdos aún evoco ese anuncio tipo bando, de la vendedora que hace la oferta de sus dulces : “!Turrón! de coco llevo; pasta de guayaba, merey pasao; llevo naiboa, el majarete…soy dulcerita guayanesa…!compre Usted!...” .
O la que dice : “Vamos a bailar el suave, es un ritmo guayanés; el ritmo sabroso sale con solo mover los pies. Dibuja con la caderas un ocho bien sabrosón, primero con las punteras y después con el tacón. …” Y por ahí se iba, jugando con las notas, las medidas, las disonancias (eran su característica).-
También suena en mi memoria el eco de su expresión poética en la composición que José Francisco Miranda dedicó a Josefina Marten de Villegas: “Atardecer en Guayana, Orinoco encantador , cielo vestido de grana, oro más puro que el sol. …”. Y esta canción está ligada a una travesura de mis amigas, cuando inconsultamente, me inscribieron en un concurso de la Voz Guayanesa, que se llevó a cabo a finales de los 60 en la Biblioteca “Rómulo Gallego”. Fitzí se entusiasmó, me ensayó esa canción que aún no la divulgaba, me presenté y gané el premio en metálico, más una sortija con una perla. Me quedé con la sortija y el premio fue donado al Asilo de Ancianos a donde acudía con mis compañeras en actividades de la Juventud Católica.
Bien, una vez que el audaz Fitzí se animó a dar a conocer su nuevo razonamiento musical, nos explicaba que los sonidos no tenían que someterse al pentagrama, en rígido horizontal, con las notas ubicadas en sus líneas y espacios, canción por canción. . Los coralistas no tenían por qué cantar agrupados por cuerda.
Ni mantener una postura tan vertical.
El, conoció el entramado del cinetismo por ser amigo del artista Jesús Soto; y por haberlo entendido, planteó el paralelismo con la música. Por eso nos afirmaba que los pentagramas de diferentes canciones, podían escribirse tal como se hace al trenzar los hilos en un telar . Y los cantantes, interpretar su respectiva canción, mezclados e incluso bailando en parejas.
Para el Bicentenario de Ciudad Bolívar, en el Auditorio del Grupo Escolar Estado Mérida, presentó su tema y mostró cómo actuaría un Orfeón Cinético, lo que algunos interpretaron como la manifestación del desequilibrio mental de Fitzí. Aunque también los de espíritu de avanzada en la Vida, lo entendieron como una interesante novedad. La experiencia fue espectacular para nosotros.
Imagínense un escenario ambientado en un patio llanero, con los coralistas vestidos como bailadores de joropo, adoptando diferentes poses (pilando maíz, moviendo una olla, bailando en parejas), mientras interpretábamos ¡cuatro (4) canciones en simultáneo!.- Por ejemplo, mientras yo cantaba el vals “Olas que al llegar”, mi pareja entonaba “Sancocho ‘ e huesito, ¡sí Señó!.. Sancocho ‘e pescao, ¡no Señó!...”.- O sea, cantar mientras bailas y sin que la canción de la pareja te haga equivocar, resultó una experiencia sensacional.
La ponencia del Músico-Compositor José Francisco Miranda, la tengo grabada en un casette en mi casa.
Hasta aquí estuve acompañada de mis Padres, porque tuve que migrar a Caracas a estudiar en la UCAB.
Sin embargo, allí también participé en el Orfeón del Pedagógico, bajo la conducción de Profesor Ernesto Ortiz y del conocido Director/Músico Humberto Sagredo, con la interesante oportunidad de formar parte del grupo mutidisciplinario que viajó a Colombia (1970), como embajadores culturales venezolanos en el Primer Intercambio Latinoamericano del Acuerdo “Don Andrés Bello”. Existe por ahí un acetato donde en “Joshua” soy la voz solista.
A la vez, en la Coral UCAB, bajo la Dirección del Músico-Compositor y recordado Maestro Andrés Sandoval Yánez (1970-1977).
Luego, al regresar a Ciudad Bolívar, las participaciones han sido en los grupos Parroquiales del Corazón de Jesús y La Milagrosa.
Conjunto de Aguinaldos – “La Milagrosa” – 1976.
Definitivamente, amigos de Steemit…la Música ha sido mi impulso, motivación, fortaleza…el motorcito de mi Vida.
Espero que lo hayan disfrutado.
“La música es el alimento espiritual de los que viven de amor” -.William Shakespeare