EL ORO DE LOS TONTOS

POR IBRAHIM MENDOZA

''Se sentía completamente vació. Era lo que siempre quiso y lo que siempre le decía a todos, solo quería estar solo. Estaba harto del drama, las dudas, de las malas interpretaciones. Ahora que se había hecho realidad sí se sentía una tranquilidad, pero era difícil no evitar pensar lo rápido que lo olvidaron. Todos, y cada uno de ellos. Solía decirse que se merecía estar así y que todo seria para bien, pero que todo terminara siendo cierto lo frustraba mucho.

Se dijo a si mismo que seria fuerte y que aprendería a seguir por su cuenta. Termino siendo un mal aprendiz, cruzando el pasillo los pasos de otra persona abarcaron todo su campo visual, habían pasado solo tres semanas desde la ultima vez que lo vio, se había ausentado de su vida, pero fue inevitable que su sonrisa se elevara y su corazón latiera con más fuerza. Una sonrisa fue devuelta y se acerco para abrazarle.

"¿Cómo has estado, Nic?" Le dijo al separarse. Él era más alto, así que termino mirando hacia bajo y sus lentes se movieron, lo que lo llevo a ajustarlos antes de que cayeran. Extrañaba ver esos lentes cada mañana junto a su cama.

"Es- estoy bien, Tom" lo miro directamente a sus oscuros ojos, pero el más alto volteo la mirada. Observo su bien peinado cabello, recordando le como le encantaba ayudarlo a mantenerlo todo en orden.

"Debo irme ahora" Comenzó a caminar por delante de él y Nic no hizo esfuerzo en despedirse propiamente, se percató de la otra persona que esperaba más adelante. Era igual de alto que Tom, tenia una sonrisa más linda, su voz era más impactante y su risa era contagiosa, capaz de hacerte olvidar de cualquier mal y sentirte en casa. Simplemente era más apto que Nic, no había forma de llegar a ese nivel y obtener un abrazo honesto de Tom.

Eso le hizo recordar la ultima vez que durmieron abrazados, su pecho era frió bajo la cabeza de Nic, suave y limpio. Su mano estaba entrelazada junto a la de Tom, con la que era fácilmente ocultada, sus dedos eran más grandes que los de Nic y no había ninguna otra sensación de estar protegido que estar a su lado. Ambos querían eso, pero ahora solo era un mal sueño. Uno muy egoísta.

Se hacia la hora del almuerzo e hizo su camino hasta su dormitorio, extrañamente se había quedado sin apetito. Extrañamente. Tom usaba esa palabra para todo. Hace meses, durante su primera cita le dijo que no le gustaban los ojos cafés, pero que extrañamente los de Nic se habían quedado en sus pensamientos. Es probable que Tom se haya aburrido y se dio cuenta que sus ojos eran parte del montón. Nada especial.

Recordó la primera vez que Tom fue a almorzar a casa de sus padres, ellos habían estado muy emocionados. Su papá ya había empezado a llamarlo hijo y su mamá le decía cielo, pensó que había encontrado a esa misma persona que relevaría los sentimientos de sus propios padres, tal vez sí fue así, ya que los padres de Nic se divorciaron un año después de haber cumplido un año de novios, no era un pensamiento recurrente en su mente, pero sin duda era inevitable pensar en todas las posibles teorías.

Estaba acostado en cama durmiendo, esperando que se hicieran las dos de la tarde para ir a su siguiente clase, posiblemente compraría una fruta o un jugo para compensar el no haber almorzado, no tenia porque estar pagando una penitencia. Si bien su corazón estaba dolido, no había razón para estar provocar que se enfermase, no tenia alguien para cuidarlo ¿no es así?

No entendía porque todos le decían que tenia un gran corazón, pero aun así las personas que más amó no supieron cuidarlo, lo irónico es que ni ellos mismos se dieron cuenta que rompieron su corazón. Sabias palabras de su madre rondaban en su mente no puedes esperar que los demás hagan lo que quieras. La gente a veces suele llevarse la contraria con lo que dicen, porque dejan claro algo que no quieren que hagas pero si lo traduces te están invitando a que hagas algo ¡por amor a Dios!

...Pero él no obligo a nadie, tal vez por eso nadie peleo por él. Ni sus amigos, ni sus padres cuando se divorciaron, ni mucho menos Tom. Ahora debía obligarse a si mismo a ser feliz y vivir por él, abrazar al pasado pero saber dejarlo ir cuando sera necesario.''

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Me encanta esto, y me encanta aún más que hayan personas leyéndome. Es un poco distintas a mis otras historias, pero sepan que hay cuarto para todo el mundo. ¡Un saludo enorme!

Fuente

¡No olviden pasarse por mis otras historias!

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