La medicina mercantilista es lo que lamentablemente prevalece a nivel mundial, esto quiere decir que su principal fin es ganar dinero, no proporcionar salud. Una organización cuyo principal objetivo sea la salud, se ocupa de administrar una eficiente medicina preventiva, en otras palabras, se debería concentrar la atención en mantener a las personas saludables, no esperar a que enfermen, y aquí entra el tema de las vacunas. Se supone que su administración es para prevenir enfermedades, pero nuevamente entran los fines mercantilistas cuando se acelera su implementación, antes de llevar a cabo todas las pruebas necesarias para garantizar su seguridad; y más aún, en el caso reseñado se observa la prioridad que le dan a proteger intereses políticos antes realizar las medidas pertinentes para esclarecer hechos, castigar a los responsables y sobre todo, evitar otras tragedias similares. Las vacunas no son malas, lo malo es no garantizar su salubridad y calidad.