vivir con un estrés permanente

in #spanish2 years ago

Somos algo así como esclavos del tiempo. Lo digo incluso por mi mismo, lo vivo a diario, y es complicado el hecho de no poder cumplir con lo que nos corresponde a la medida del tiempo que debe ser.

Cuando tenemos trabajos que se centran en cumplir tareas, que no tienen un tiempo específico para hacerse, puede que el tiempo no sea una presión, pero la verdad es que en la mayoría de los casos, cuando trabajamos para alguien, siempre nos van a exigir una mayor celeridad en los procesos para que podamos cumplir con lo que corresponde.

Cuando esto pasa, la presión que hay sobre nosotros es peor, y particularmente no soy de las personas a quienes les guste trabajar así, con presión, porque suele realizar mal mis tareas, o puedo decir que por el estrés que me genera estar a contra reloj, puedo cometer errores en cosas que por lo general, cuando no estoy con poco tiempo disponible no cometería.

Admiro a estas personas que trabajan bien bajo presión, por ejemplo a los médicos y enfermeras de emergencia, creo que tienen cualidades especiales. No sólo es la presión al trabajar por el hecho de la sobrecarga y de que siempre llega mucha gente, sino que tienen una presión adicional que es que están trabajando con personas, con la vida de seres humanos, y esto asumo que debe tener una carga adicional, o no sé si es que soy yo quien lo ve así.

Lo mismo con los empresarios, muchas personas creen que estos sólo se la pasan de un restaurante en otro y en reuniones para dar órdenes, las cuestión es que no se ve más allá, tener que pagar salarios aunque no vaya tan bien en el negocio, pagar las deudas, porque siempre los que más dinero manejan también tienen grandes deudas, así que es difícil la situación con ellos, pero aún así, aprenden a manejarlo.

Puede que parezca exagerado lo que digo, pero no puedo pensar que yo me la pase el día en un estrés permanente, porque siempre he vivido con cierta calma, no me ha gustado nunca trabajar con personas que pretenden que las cosas salgan de un momento a otro, como si no hubiera un mañana. Sé bien que cada quien tiene su ritmo, asumo que el mío es lento, por lo tanto, esas cosas de tanta premura, de tanto afán no me agradan. Pero respeto a quienes deciden vivir así, pero no es ni será nunca mi estilo.


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