Derechos de amor prohibidos. Microrrelato original.

in #spanish4 years ago (edited)

Derechos de amor prohibidos.

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El hombre, con fuertes remordimientos de conciencia y amargos padeceres en el corazón, se fue a la solitaria habitación porque su cónyuge había salido a labores cotidianas, y recogiendo el dedo índice derecho, para después introducirlo en el ojo, comenzó a enjugar lágrimas que salían de su dolida alma.

La carga emocional soportada en silencio durante 8 meses, producto de la relación furtiva con una dama , casada al igual que él, estaba pasándole factura.

Indudablemente, estar en compañía de esa exuberante y joven mujer traducía un placer de límites insospechados, pero la conciencia, sí, la conciencia, estaba entrando en vigor y en rigor, al ponerse a pensar en una pareja que le dedicaba su vida en total fidelidad, entrega, pasión y responsabilidad durante 4 años de unión.

Tenía una linda niña de 3 años, que amaba, y a la que le brindaba toda su atención.

Él era un apuesto caballero, con un alto cargo en una compañía de seguros, y su esposa era una médica reconocida en su ciudad. En cuanto al esposo de la otra señora, era joven y trabajaba en un banco en la parte legal, porque era abogado.

Es en esos casos donde se le asignan al demonio los actos que conducen irremisiblemente al pecado

La otra pareja llevaba 8 años de unión, y tenían una hija de 6 años.

La situación dio inicio cuando los 4 coincidieron en una fiesta de gala en honor a los profesionales que iban a ser homenajeados en esa oportunidad. Y la atracción fue inmediata entre ellos, en tanto su esposa departía con el esposo de ella, pero todo enmarcado dentro del contexto de la normalidad, la cortesía y el respeto.

Los números de teléfonos fueron intercambiados, y así el contacto entre la primera pareja se estrechaba cada día más y más, hasta llegar al encuentro pasional.

La esposa fiel le manifestaba a él algunos cambios en su comportamiento diario para con ella. Ya no salían los fines de semana, y hasta había descuidado a la niña, que cada día reclamaba su presencia.

Sin embargo, la presión mental estaba ejerciendo su fuerza, y fue así como en una ocasión, él la citó para tratar el tema, pero ella se había apasionado en extremo, y no quería romper la relación.

Amenazó con mostrarle fotos de ellos juntos, y fue algo que atemorizó al hombre, pero este no se amilanó, y le explicó que estaban actuando mal, como 2 traidores que dan la espalda a Dios, y a sus seres queridos.

La conversación fue haciéndose más profunda, pero sin ofensas ni violencia, y ella comprendió la situación.

Al final, ambos aceptaron la realidad, y al despedirse, se fueron cabizbajos y en sentido contrario.

Cada quien volvía a sus propios derechos al tranquilidad de conciencia.

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Enhorabuena.