STEEMCHURCH La versión de Isaac. Génesis 22.

Leyendo el libro de Génesis, en el capítulo 22, nos encontramos la historia de Abraham e Isaac. Cuando el padre sacrificaría al hijo por comando de Dios.
Creo que mucho de nosotros hemos leído la historia en la Biblia y/o escuchado en predicaciones en las iglesia y video en celulares o YouTube.

Una tarde, estaba en mi congregación y una queridísima amiga predicaba este pasaje bíblico. Yo estaba sentado en la última fila (como era de costumbre en aquel tiempo) y de repente vino a mí que (al menos yo) no había escuchado la versión de Isaac, de esta historia.

Leyendo la historia de Génesis 22, me di cuenta de que en casi toda la historia nos enfocamos en la obediencia de Abraham a Dios y los momentos duros que debió pasar el padre, durante varios días, porque tenía que sacrificar a ese hijo que tanto había pedido al Dios que le está pidiendo el sacrificio del mismo. Y creo que se nos pasa de largo que la versión de Isaac en esta historia es igual de importante como la de su padre.

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Dice la Palabra de Dios en Génesis 22:1-3
“Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.”
En la versión de Isaac, aquí es donde empieza lo importante. Abraham sabía que debía sacrificar a su hijo en holocausto a** Dios, pero ¿Isaac sabía de esto?, aun así, él obedeció a su padre cuando este lo levanto bastante de mañana a caminar ¡Sin saber a dónde iban, porque ni Abraham lo sabía!
Continúa así: Versos 4-5 “Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.”
En mi Biblia no dice, en ningún lado y creo que en la de ustedes menos, que durante ese camino de 3 días Isaac le preguntaba a su padre que a donde iban. A ver, son TRES (3) días (me imagino yo) caminando durante todo el día hasta la noche donde descansaban un poco. Isaac fue obediente a su padre y confiaba en él y lo que estaba haciendo. En el verso 5 es donde a mí me estremece muchísimo porque cuando Abraham mira el lugar que era para el sacrificio el le dice a sus siervos “Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.” volveremos a vosotros!!! Abraham sabía que él iba a volver con su hijo, así fuere vivo o con los huesos de él en sus brazos. Esto es fé.

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Sigue: versos 6-8: “Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió *Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.”
Aquí vemos que Isaac tuvo duda y pregunto a su padre, ya que se haría un sacrificio pero no veía el holocausto. Aquí entiendo que cuando alguna autoridad espiritual que tengamos en nuestras vidas nos pide hacer algo NOSOTROS TENEMOS DERECHO A PREGUNTAR CUALQUIER DUDA y esta debe saber respondernos, con mansedumbre y sabiduría de Dios para así tener paz en esto que nos pide. Porque cuando algo es de Dios a nuestras vidas, nos trae paz.
En un paréntesis aquí: siempre hemos dicho “Dios proveerá” cuando nos hace falta algo o tenemos una necesidad o alguien la tiene. Siempre lanzamos esa famosa frase (ojo que si es bíblica) pero que creo que no la usamos bien ya que la palabra “Dios proveerá” no es una acción sino un lugar (Génesis 22:14 “Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.”). La acción seria: “…Dios se proveerá…” (Génesis 22:8).

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Seguimos: Génesis 22: 9-10 “Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.”
Aquí vemos que un padre que está a punto de matar a su hijo, ¡y el muchacho hacia nada! ¡Impresionante! Ponte en la piel de Isaac por un momento. Ves a tu padre que edifica el altar para el sacrificio, quizá hasta lo ayudaste, sigues sin ver el holocausto. Hasta ahí vamos bien, de repente tu papa te empieza a amarrar y te montan en el altar y ves cómo está a punto de matarte… ¿tendrías la actitud de Isaac allí? Donde él dejo que todo esto pasara SIN DECIR UNA SOLA PALABRA. Yo creo que Isaac debió sentir miedo, angustia y no quería ser ese holocausto. Pero creo que fue más la obediencia de él a su padre que todos estos temores y sentimientos. Es creer en que, aunque tú eres llamado a ser una promesa de Dios, ese mismo Dios te pide de sacrificio, tú aceptes esto.
Isaac fue obediente en todo a su padre y confiaba siempre en él y su Dios hasta el último instante.

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Finaliza: Génesis 22:11-18 “Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.”
La obediencia de Abraham y la de Isaac en esta historia fueron fundamentales para que se cumpliera esa hermosa promesa que Dios le da Abraham, que su descendencia seria como las estrellas del cielo y la arena que está a la orilla del mar. Todos somos hijos de Abraham y estamos aquí, con nuestra fe, gracias a estos 2 personajes.

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Si comparamos un poco, nos damos cuenta de que lo que hizo Jesús aquí en la tierra fue igual a Isaac. La diferencia es que Jesús si debía ser sacrificado. Al igual que Isaac, Jesús sintió miedo, temor, y sabiendo lo que debía pasar, él también le pregunto al Padre, solo que la pregunta fue diferente. Jesús pregunto que si podría pasar de él esa copa. El Padre callo y Jesús obedeció hasta el final, y gracias a su obediencia, él resucito de entre los muertos y nos dio la vida eterna.

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Nosotros debemos obedecer a nuestras autoridades. Sabiendo que tenemos el derecho de preguntarles cualquier cosa con referencia a este mandato, y al estar seguro de que ese mandato Dios se lo dio a él, nosotros tengamos paz y sigamos adelante. Y si esto nos lleva al borde de la muerte, debemos confiar en Dios porque él nunca nos dejara ni desamparará, y si es de ser sacrificado, por medio de nuestra obediencia, estaremos con él reunido y seremos de testimonio para muchas personas. Tomemos esta versión de Abraham y apliquemoslo a nuestras vidas. Y siempre sigamos el ejemplo de Jesús. Que la historia de él es la más maravillosa de todas.

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