Recordé tu publicación sobre Cortázar y parte de lo que él dice en la entrevista cuando habla sobre lo que llegó a pensar su madre de los poemas que escribió en su infancia. En efecto, es doloroso cuando las palabras son pronunciadas por aquellos más cercanos, puesto que dejan de ser filosas y son como un cuchillo amellado y oxidado que se clava en lo más profundo de la psique.
Tienes razón, cuando hablamos sin medirnos causamos más daño del que pensamos, y a veces, ni siquiera reparamos en ello. Me agrada saber que dicho poema puede resultar tan útil.
Gracias por pasar, querida inspiración.
Un abrazo <3