Autora Raquel Peña
Todas escuchábamos atentas sentadas una detrás de otra, y rizitos de oro que así le llamaban por tener sus cabellos amarillos, era el único varón, mostraba su genital y eso lo distinguía. Todos escuchando a la maestra Rachel, en sus primeras lecciones, nos explicaba que era importante aprender muy bien cada lección para ser alguien en la vida, era su juego diario con nosotras, y nos contaba que cuando fuera grande sería maestra, porque quería educar a los niños y jóvenes. Fuimos sus primeros discípulos, sus primeros y únicos amigos imaginarios.
Todas fuimos un regalo del Niño Jesús de su papá Antonio, su abuelo materno. Por cosas del destino, estuvimos mucho tiempo con ella casi 30 años, pero, fuimos a parar al basurero, no por su culpa,porque nos guardaba como un gran recuerdo de su infancia, sino porque alguien que no entendía, porque aún no tenías con ella, nos lanzó en el patio y las ratas nos tomaron de nido, cuando Rachel nos encontró, estábamos llenas de orín y excrementos de ellas y aunque insistió en salvarnos, no se lo permitieron, porque según podría enfermarse por nuestra culpa, esa persona le decía” porque tienes que tener cosas del pasado”. y una con un nombre muy gracioso, palabra muy soez y grotesca regalo de su Tía Lola, que no puedo decir aquí,pero les daré una pequeña pista de su nombre, sus “ posaderas” eran muy prominente y estaba siempre desnuda, eso si un material muy resistente como el de nosotras, desaparecimos de su vida. Quien aún está con ella porque no era tan resistente, y fue un regalo también de su abuelo, es la muñeca de trapo.
Hoy me siento orgullosa de ella, y justo como ella lo pensó, así sucedió, porque siempre nos hablaba, nos dijo en aquel basurero “ quizás van a manos de una niña que las necesita,ojalá las cuide más que yo, espero me perdonen, debí guardarlas mejor” , ella nos decía serán obsequio para mi primera nieta,porque su hija Lilith también jugó con nosotras,pero, sabía que nunca tendríamos una igual a Rachel, las niñas de antes, no son como las de ahora, ahora desde el cielo de las muñecas la vemos sonriente,porque ha cumplido su gran sueño ser “ Maestra” y a punto de alcanzar su último escalón en su carrera, siempre recuerdo que decía llegaré a lo máximo en mi carrera, seré una gran maestra,como mi maestra María.
@decomoescribir qué te parece , surgió la historia de la niña que hablaba sola con sus muñecas...!Espero te guste.