Cuando las bombas de Iroshima y Nagasaki demostraron el nuevo poder de la única nación del mundo que lo tenía, comenzó una carrera desenfrenada por la posesión del arma nuclear, indiferentes ante los daños colaterales que acarrean su empleo, dando como consecuencia la factibilidad de que cualquiera pueda tenerla y vulnerar la seguridad en el control de su uso.
Otro poder no menos letal en cuanto al cambio penumbroso en el curso de la sociedad, ya está germinando en laboratorios de las potencias emergentes; en particular, China ya logró exitosamente la clonación de un primate sobrepasando límites que impedían clonar especies más cercanas al ser humano.
Al igual que los beneficios que ofrece la energía atómica, la manipulación genética en las técnicas de clonación pregona hoy en día una ayuda para la medicina en la cura y trasplante de órganos, en la agricultura con el mejoramiento de las siembras y todos los avances en biología que implica. Pero al convertir la energía nuclear en arma de destrucción masiva, los seres humanos apostamos nuestra supervivencia por la codicia del poder; así como el alto desarrollo alcanzado para clonar especies superiores se muestra como una amenaza al tentar a los genetistas y demás interesados a pasar el umbral establecido por razones de ética y legales que prohíben la clonación humana, representando ésta la cúspide entre los logros de esta ciencia, pero que podría traer consecuencias de elevado impacto social.
No puedo imaginarme la impresión que me daría encontrarme de frente a alguien idéntico a mí en un paseo por la calle, o el caso de un gemelo que haya perdido a su hermano y al encontrarse de frente con alguien idéntico, lo primero que le vendría a su mente es que su hermano resucitó, ¡el susto sería infarticida! Por supuesto que son casos solo factibles en nuestra imaginación si suponemos que la clonación humana no sería aplicable sino solo a casos específicos debido a los costos que implica, pero mientras más naciones u organizaciones lleguen a poseer los recursos para ”copiar seres humanos”, más difícil será evitar el uso de esta práctica que se debe tener bajo control.
Entre tantos casos a los que se podría aplicar la clonación humana, de forma indiscriminada e irresponsable, me viene a la mente el caso hipotético de algún multimillonario megalómano que ostentara crear múltiples copias de sí mismo, con el fin de fundar una nueva especie humana basada en él genéticamente. A mis compañeros lectores les invito que utilicen este espacio de discusión, para que coloquen en sus comentarios los casos que se les ocurran -sin importar lo irrisorios o estrafalarios que parezcan- de la aplicación de esta polémica técnica que actualmente se mantiene en la palestra de la opinión pública: ¿En qué se emplearía la clonación humana y que consecuencias tendría?.
La verdad es que esto es muy creepy @tbto mira esta infografía de los dos tipos de clonación humana que existen.
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