Desde hace unos cuantos años ya, en casa hemos estado cambiando poco a poco nuestro estilo de vida. Les cuento de qué se trata.
Ya les he comentado en publicaciones anteriores que hemos tratado de adoptar un estilo de vida más respetuoso de nuestro entorno, del medio ambiente. Por ello, por ejemplo, hemos construido nuestra casa para que sea lo más eficiente posible desde el punto de vista energético, aprovechando la luz natural lo más posible, evitando el calentamiento de paredes, techo y ventanas, aguas negras y grises se procesan para aprovecharlas para el riego, cultivamos lo que nuestro pequeño patio, el clima y la tierra nos permitan y así sucesivamente. Todo ésto parte de la necesidad de vivir de una forma más sana, lo cual no es posible si no comienzas por lo más básico, tú mismo, tu propio cuerpo.
También he comentado antes que mi padre es diabético y le encaaantan los dulces 😕, y ese es el motivo que desencadena todo ésto. Cuando le diagnosticaron su condición me di a la tarea de leer muchísimo sobre la alimentación para este tipo de regímenes y como no quería que él renunciara a sus dulces, me dediqué a desarrollar recetas que se adaptaran a su nueva condición. Una de las cosas que aprendí es lo que mi abuela Elo venía diciendo desde que tengo memoria: los alimentos refinados no son buenos (si tan solo hiciéramos caso a los abuelos 😦); por lo que comenzamos a evitar en nuestra alimentación este tipo de alimentos, buscando siempre ir a lo natural, a lo fresco.
En este punto debo decir que no es una cosa sencilla de hacer, estamos muy acostumbrados a comer de cierta forma que es mucho más cómoda sin lugar a dudas, sólo basta tomar las cosas de un estante y llevarlas a tu mesa y ya, pero que definitivamente no sólo es menos saludable sino que hasta perjudicial en algunos casos. Comer más saludable requiere un cambio de actitud hacia la comida, dejar de verla como un premio a verla como lo que es, alimento y nada más. Claro está, ésto no significa para nada sacrificar sabores, textura ni nada por el estilo, si algo he podido comprobar es que se puede seguir disfrutando de la comida (mucho más, créanme!) sin dejar de ser saludable. También requiere un compromiso porque tienes que deslatrarte de tus hábitos, poner los procesados y los refinados a un lado y encontrar lo interesante que puede resultar lo fresco y lo hecho en casita (resulta muy fácil volverse adicto a ésto) y cuando haces eso te puedes dar cuenta de lo divino y lo intenso de los sabores de los alimentos cuando le quitas de encima todos los químicos y sabores artificiales que traen los alimentos industrializados.
Y aquí es donde alguno de ustedes estará diciendo "Sí, claro, porque seguramente no te gusta una hamburguesa bien jugosa con bastante salsa chorreando por todos lados..." y pues sí, tienes razón, me encantan las hamburguesas 😋, con quesito, con salsas (pero no chorreando ✋) y con picante! Con pancito hecho en casa sin azúcar (porque todos los panes llevan azúcar, por si no lo saben), con carne magra preparada en casa, con quesito blanco fresco que suele ser menos grasoso que el amarillo (¡un tipo palmita o de mano no caen nada mal!), y con salsas hechas en casita que son una verdadera delicia, y por supuesto, no puede faltarle la mostaza, ¡amo la hamburguesa con un toque de mostaza!... "¿Y se puede hacer casera?" Y claro! sin amarillo número 5, con un sabor mucho más intenso que la comercial, que rinde muchísimo más que ésta y muchisisísimo más económica!
En casa preparamos la salsa de tomate tipo ketchup, mayonesa casera un poco más saludable (menos aceite, con grasas más saludables) y por supuesto, mostaza, no podía faltar la mostaza! Es muy fácil de preparar y quedarás encantado con el resultado. Les cuento cómo se prepara.
Necesitarás mostaza en grano. Existe una gran variedad de éstos pero en gastronomía suelen usarse solo tres variedades, la negra que tiene un sabor mucho más intenso y picante que las otras variedades, la blanca que no es blanca sino amarillo suave, tendiendo a rojizo pero que recibe su nombre por contraste con la negra y la india que es más rojiza aún que la blanca. Aquí en Venezuela he conseguido tanto la negra como la blanca, (la india no he tenido el placer de probarla) pero es más común ésta última. Necesitarás también vinagre, agua, sal, aceite vegetal y si es de tu gusto agregar especias u otro ingrediente que aporte aroma y sabor, puedes hacerlo.
Las cantidades de cada cosa que usé te las dejo aquí:
- 80 g de Mostaza en grano
- 2 Volúmenes de agua
- 1 Volumen de vinagre
- 1/4 de taza de aceite
- Sal al gusto
- Un poco más de agua y vinagre
- Ajo, pimienta, albahaca o cualquier otra especia, al gusto
Bien, primero lavamos bien y ponemos en remojo las semillas de mostaza en una mezcla de agua y vinagre, la cantidad que vamos a usar de cada cosa es como dice en el listado: el volumen que ocupen las semillas secas lo usaremos como medida del agua y el vinagre, dos volúmenes de agua y uno de vinagre. Lo dejaremos por unas ocho horas como mínimo (yo las he dejado casi 24 horas). Pasado este tiempo, escurrimos las semillas y las colocaremos en la licuadora con el resto de los ingredientes.
La cantidad de agua que le agreguemos a la preparación dependerá de qué tan fluida quieras tu mostaza, a mi particularmente me gusta que quede como una pasta untable así que agrego justo la necesaria para que no se quede trancada la licuadora. Igualmente, la cantidad de vinagre dependerá de lo ácido que te gusten a ti las cosas, recuerda que ya el grano ha absorbido una cantidad de vinagre del remojo, por lo que te recomiendo que agregues de a poco para que no se te pase la mano con este ingrediente. La sal y las especias también son al gusto, yo le he puesto poca sal y únicamente ajo (tres dientes pequeños) y me parece que ha quedado perfecta. Licúa todo muy bien y ya, ya tienes mostaza, lista para untar sobre un pan y disfrutar!
Con estas cantidades te sale un frasco de medio litro completo, se mantiene muy bien en la nevera por un largo tiempo aunque en mi casa no dura quince días, se la comen con lo que sea, para los aderezos es perfecta. Alguna vez preparé bastante más que ésto y lo pude comprobar, estuvo más de un mes y no pasó nada, se mantuvo en perfectas condiciones, así que pueden preparar bastante con confianza que no la van a perder.
Como ven, no queda amarilla como la que estamos acostumbrados a ver pero es que la mostaza NO es amarilla. Si deseas, puedes agregar cúrcuma para darle la coloración a la que estamos acostumbrados, además de que ésta contribuye a realzar el sabor de la mostaza así que no le viene nada mal. También puedes agregar otros ingredientes, alguna vez la preparé con un vino blanco y queda espectacular pero a los precios prohibitivos del vino hoy día, no me atrevo a gastarlo en este tipo de preparaciones (creo que mi esposo puede morir si hago eso 😆). Y bueno, es una de esas cosas con las que podemos ponernos creativos y es bastante probable que quede muy bien. La pasta resultante tiene un sabor y aroma bastante fuertes, es picante, no es una pasta lisa como lo pueden ver en la foto pero les aseguro que no tiene desperdicio, les va a encantar.
Más natural, más sabor, mucho mejor. ¡Buen provecho!
Hola Gabriela!!! No sabía que estabas en steemit, qué bueno verte por acá y también a José. Ya me daré una pasadita por vuestros blogs. Los chicos ya no tan chicos, todos estamos muy bien, con gusto les doy tus saludos!
Un abrazo!
Hola de nuevo. Si, empecé hace unas dos- tres semanas. No he escrito mucho, pues ando con poco tiempo por el trabajo, pero los fines de semanas son más fáciles. Un gusto saludarte
Muy buena iniciativa al tratar de ser amigable con el ambiente, te felicito por no sólo por cuidar el ambiente sino tambien tu cuerpo al comer sano. Abrazos.
Muchas gracias Rafael, eso procuramos.
Saludos, un abrazo!
Leerte siempre me despierta el apetito amiga jaja...
A que fue por la hamburguesa? jajajajaja!!!
Hola. Muy buena tu receta ya que es natural. No había visto recetas para hacer la salsa de mostaza. Saludos
Hola Emily! Sí, natural y con mucho más sabor, prueba a hacerla, verás que te encanta, más si te gustan los sabores fuertes.
Saludos!
Llegué muy tarde a este post, pero nunca es tarde si la información es buen! jeje, me alegro encontrar personas que sean consecuentes con el cuidado de nuestro entorno y de su cuerpo. Saludos!