Sopa de pollo para el alma, así se titula un libro de autoayuda que me recomendaron hace mucho tiempo. Al escuchar ese título no pude evitar pensar en lo atinado del mismo, porque a quién no le sienta bien un caldo de pollo cuando tienes algún malestar.

Sentir ese calentico en el estómago que te calienta desde adentro y mejorar hasta tu estado de ánimo. Nunca leí el libro, pero sí me quedó el título para siempre en mi memoria, pues, porque la sopa de pollo es, por mucho, mi comida preferida al momento de tener un malestar.

Y si la hace mi mamá, mucho más me gusta. Antes, todos los domingos solíamos hacer sopa de lo que fuera, pero yo siempre insistía en la de pollo. Ahora, hacer una sopa sale muy caro, por lo que ya no se disfruta como antes, pero, cuando tenemos algo de dinero extra, nos damos ese gusto.

Esta sopa puede ser de pollo, de carne, granos y, rara vez, de pescado. Nuestra sopa lleva verduras: auyama, yuca, ocumo chino, apio, chaco. Cada quien tiene su verdura preferida. A mi hermana y a mí no nos gusta la auyama, pero debe estar presente, porque le da un color muy bonito a la sopa. La llena de alegría como digo yo.

Generalmente, esta sopa se hace para aliviar un malestar de gripe, o dolor de estómago o levantar un muerto. En nuestro país, usamos ese dicho para hacer referencia al día despues de la resaca en el que todos después de un exceso de licor amanecemos buscando una sopita levanta muerto (o sopa de pollo) para aliviar nuestro malestar, no sin antes prometer no volver a beber sin control.

Promesa que jamás se cumple, pero ya saben como son las personas ¡Ja, ja, ja, ja!

Es increíble la sensación de bienestar que se siente después de tomar ese tan apreciado caldo de pollo repotencador y cargado de muchas vitaminas. Lo cierto del caso es que de pollo, de carne o pescado, no hay nada más sabroso que un una buena sopa para aliviar cualquier malestar físico o emocional.

Hasta una próxima experiencia mis amores...

Se despide con mucho cariño,

@yeceniacarolina