Era hora de cambiar, de ordenar, de limpiar ese cuarto que desde hace años no hacía otra cosa que acumular cosas inservibles, recuerdos de recuerdos, alegrías pasadas y dolores olvidados.
Ella quería dar un giro a su rutinaria vida, dejó su trabajo, dejó el café, a sus compañeros que desde hacía ya cinco años cada mañana le daban los buenos días y se dispuso a emprender aquello en lo que estuvo pensando durante tanto tiempo, durante tantos años. Quería pintar un mundo y que sus colores ayudaran a olvidar su pasado, su niñez enferma y los malos tratos.
Hoy era el primer día sin un horario ni un jefe que controlara todo, ahora era libre pero también responsable de su propia existencia ya que estaba sola, porque así lo había decidido.
Por la ventana de la cocina amanecía un día gris, con un vaso de jugo en la mano contemplaba las bolsas apiladas en la vereda esperando el camión recolector, un perro husmea y sigue su camino como si no hubiera ningún tesoro en esa montaña negra.
El lienzo que dejó preparado desde la noche anterior la miraba desde la sala como diciendo aquí estoy, ella caminaba hacia el baño con letanía sin dejar de contemplar a su paso la otra habitación vacía; de repente se detuvo en el pasillo, entre el baño y ese cuarto que ayer estaba limpiando, en el que hoy sólo quedan algunas cajas, libros apilados y estanterías sin nada.
Para ella no había pasado, por lo menos nada importante salvo el recuerdo que la mantenía viva, una carta manuscrita que le había dejado su madre.
Una hora tardó en llegar y todavía tuvo que caminar más de quince minutos, porque el taxi no la quiso acercar más. Su cuerpo, su ropa y su pelo ya estaban impregnados de ese hedor nauseabundo; subía y bajaba lomas de desperdicios, de tanto en tanto debía espantar a las gaviotas que se acercaban demasiado, la tarea era titánica, encontrar en ese vertedero un trozo de papel guardado en vaya a saber qué sobre de los tantos que había tirado.
Disfruté mucho de tu relato, tienes una redacción muy buena.
Espero poder seguir leyéndote por estos lares.