¡Hola! ¡Hola! ¿Cómo están?
Hoy quería compartir con ustedes algo que me pasó el año pasado.
Ser del interior y estudiar en Caracas es una situación compleja. Una de las cosas que más me incomoda es tener regresar para las inscripciones de un nuevo semestre, ya que, aunque tengo 4 años en la universidad, siempre dejo el tema de los boletos/pasaje para último momento y luego ando corriendo de un lado para el otro. Resulta que el año pasado tuve unas vacaciones (forzadas) bastante largas debido a la situación país, estuve libre desde Mayo hasta 25 de Septiembre, que eran las inscripciones.
Mi papá había presentado su tesis doctoral el año anterior, pero por distintas razones, el acto de grado no se había llevado a cabo, se rodó muchas veces la fecha del evento hasta que las autoridades decidieron que la fecha definitiva sería el 24 se septiembre. Sí, un día antes de mi inscripción.
Generalmente no viajo de noche, ya que puede ser bastante peligroso, pero por ser algo muy importante para mi papá, decidí que lo mejor era quedarme para su acto y viajar ese mismo día pero en la noche, así llegaría el 25 en la madrugada y como mi inscripción era al medio día, me daba tiempo de llegar a mi casa, dejar las maletas y luego ir a la universidad. Un plan perfecto.
El acto estuvo genial, todos estábamos felices. Ese día hicimos una reunión en mi casa, mi papá invitó a sus amigos más cercanos y a algunos profesores. Todo salió de maravilla, comimos rico, hubo karaoke, risas y mucho más.
Al caer la noche, me cambié, arreglé mis cosas y decidí llevar mi morral y no la maleta, ya que mis papás iban a viajar pronto y ellos podían llevarme mis cosas. Se hicieron las 8p.m. y unos de mis tíos políticos se ofrecieron para llevarme al terminal, ya que mi papá estaba todavía disfrutando y compartiendo con sus amigos.
Llegamos al terminal como a las 8:30, se suponía que el autobús iba a salir a las 9, pero algo que me extrañó al llegar es que no había ningún autobús, pregunté y me dijeron que venía cerca. Se hicieron las 10 y nada que el bus aparecía, mis tíos ya me habían advertido que si se hacían las 10:15 y el bus no aparecía, me iban a llevar a mi casa otra vez. A las 10:10 apareció bus. Después de las despedidas, me dispuse a hacer la cola para subir, al llegar a la puerta una policía me detiene y me dice que tengo que poner mi bolso en el maletero. Yo le dije que era lo único que llevaba y además era un morral pequeño con el que siempre viajaba, la policía insistía en que no iba a dejar subir ningún tipo de equipaje, que todos iban a ser guardados en el maletero. Para no entrar en discusiones hice lo que me solicitaba y me subí al bus. Todo el mundo subió bastante rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya todo el mundo estaba es su asiento.
-Saldremos rápido- pensé.
De repente empezaron a subir más personas al autobús, yo no entendía lo que estaba pasando. Resulta que esas personas habían comprado pasajes para ir a Caracas ¡PARADOS! Imagínense un viaje de 6 horas ¡PARADOS! De paso, habían subido con sus maletas y todo, el bus había quedado tan lleno que era imposible que alguien pudiera ir al baño porque no se podía caminar por el pasillo.
-Esto no está bien- me dije.
Esa situación me puso bastante tensa y luego me pregunté ¿Dónde está la policía que no me dejó subir mi morral? Estaba en la puerta del bus. Sí, ella estaba informada de todo lo que estaba pasando y no dijo/hizo nada. Arrancamos, íbamos muy lento, yo respiré profundo e intenté dormir pero no pude.
-Será un largo viaje-
Una hora después el bus empezó a hacer un ruido raro y uno de los choferes subió y pidió a las personas que venían de pie que se colocaran en la parte de atrás. 15 minutos después escuché un ruido fuerte y nos detuvimos. Nos accidentamos.
Yo traté de mantener la calma pero cuando vi el lugar en donde nos habíamos quedado varados casi me dio un ataque de pánico, de verdad. Afortunadamente mi teléfono tenía señal, así que de inmediato le escribí a mi papá informándole lo que había pasado, le dije que esperaría a ver si solucionaban. Todo iba bien hasta que escuche el sonido de unas motos, en ese momento si me sentí muy asustada y es que cuando vives en Venezuela escuchar una moto en el 80% de las ocasiones no implica nada bueno.
-Aquí fue-
Los motorizados pasaron de largo pero eso no me tranquilizó. Así que le pedí a mi papá que por favor viniera por mí, que no me sentía bien. Yo sentía que en cualquier momento me iba a dar un ataque de pánico y los que han pasado por eso saben lo desagradable que es. Mi papá me escuchó tan mal que dejó su reunión (Sí, todavía celebraban) y como todo un héroe me rescató, hasta se le olvidó que tenía unos tragos encima. Terminamos llegando a mi casa como a las 4 de la mañana y enseguida nos acostamos pero antes de dormir me pregunté: ¿Y ahora qué voy a hacer con mi inscripción? Esa es otra historia.
Moraleja:
- Aunque no me pasó nada malo, gracias a Dios, siento que tuve mucha suerte porque son muchos ¡Muchos! Los casos de robos en las carreteras de nuestro país, así que si están en Venezuela NO VIAJEN DE NOCHE.
- Reporten las irregularidades que vean, viajar de esa manera (con el bus tan lleno) es un peligro para todos.
- Cuiden y amen a sus padres. ¿Para qué necesitas un príncipe azul si tienes un súper papá que te rescate?
¿Les ha pasado algo así? ¡Comenten, quiero leerlos!
Triste Realidad!