Los monumentos que nunca defraudan, las construcciones que siempre impresionan, las catedrales.
Da igual donde estén, en qué país, en qué ciudad, siempre son edificios en los que tienes que alzar la vista para intentar admirar su grandeza. Construcciones que generalmente llevaron décadas para ser levantadas y, en función de la época, esfuerzos titánicos para poder levantar semejantes obras de ingeniería.
La cuestión es que, independientemente de los años que lleven construidas, siempre son dignas de ver.