La llamada de terror

in #writing4 years ago

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¡Idiota! Murmuré por quinta vez cuando el teléfono celular me envió nuevamente al correo de voz, no contestaba mis llamadas ni textos por más que le escribiese o llamase, y tampoco sus padres... ¿de que trataba esto? Me preguntaba mientras observaba las tonalidades amarillas, naranjas y rojizas de un árbol desde la ventana de mi habitación. Jeffrey y yo habíamos estado juntos por mas de 8 años y justo ahora estábamos comprometidos. Solo esperaba dentro de mi ser, que no hubiese sucedido nada malo, en algún momento se comunicará pensé y estuve en calma durante el resto del día.

Mientras cocinaba la cena y fregaba los trastes, mi teléfono comenzó a sonar sobre la encimera de la cocina, así que sequé rápidamente mis manos y contesté la llamada que provenía de un número desconocido, sin embargo, nadie hablo al otro lado del teléfono. Y simplemente colgué. y proseguí con mi faena. Siendo las 3:24 a.m. recibí un texto de otro número desconocido, con una serie de números y letras que no entendía para nada, solo podía pensar en Jeffrey en ese momento, así que decidí llamar a ese número desconocido, el cuál jamás contestó a mi llamada.

Estaba decidida, mañana iría a casa de Jeffrey, el es quién me explicaría que rayos estaba sucediendo. No pude conciliar el sueño durante el resto de la noche, así que muy temprano en la mañana tome las llaves del auto y me dirigí hacia su casa. Toque el timbre muchísimas veces, pero no había nadie en casa. No queria preocuparme más de ll que ya estaba, así que simplemente alejé todo pensamiento malo o negativo de mi mente.

Tome el teléfono y comencé a llamar al número de todos sus conocidos y familiares, solo para obtener un <no lo he visto hace días>, <no sé nada sobre él desde hace semanas>. Ahora sí estaba segura de lo que haría, y era llamar a la policia, y fue lo que hice inmediatamente. En menos de una hora, tenía dos oficiales en casa y quienes me interrogaban sobre cuando fue la ultima vez que lo ví, lo que me había dicho, quienes eran las personas más cercanas a él. Pero, yo era la principal y primera sospechosa. ¿Qué? ¿acaso alguien pensaría que yo, siendo su prometida, podría haberle hecho algo? De ser así, no estaría llamando a la policía. Pensé, más decidí callarlo para mi misma.

Los policías iniciaron su investigación al rededor de casa, pero como era de esperarse, no encontraron nada que me incriminase o con lo que pudiesen acusarme. Así que dejaron la casa diciendo que me llamarían de encontrar alguna pista sobre Jeffrey o dónde pudiera haber estado. Pasaban las horas... Y yo simplemente no podía dejar de observar mi teléfono, esperando ansiosamente algún texto o llamada que tuviera que ver con él, quería que diera alguna señal de vida, o al menos que me dijesen dónde se encontraba y si estaba bien.

Al cabo de dos días, tocaron a mi puerta, casi me tropiezo con mis propios pies al correr para poder abrir rápidamente, algo me decía que era él... Que era Jeffrey.

Sin embargo, al abrir la puerta... No era él. Se trataba de uno de los oficiales que ya había venido a casa hace un par de días, quería que lo acompañase a la estación de policía. Tenía miedo de preguntar que había sucedido, no estaba para nada preparada para escuchar una mala noticia. Al llegar a la estación, me pidieron ingresar a una habitación, absolutamente blanca, con suelos brillantes como el sol y un par de sillas en conjunto con una mesa negra que contrastaba a perfección ese color blanco del lugar. Me sentía observada, insegura, acusada... Mi estómago comenzó a doler y mis manos a sudar muy probablemente a causa de los nervios.

Por la puerta entró una mujer, su cabello castaño y vestida con ropas negras, al igual que un hombre que entró tras ella, quien a diferencia, se quedó parado en la puerta mientras ella se sentó frente a mi. <Hola, Kendall, mi nombre es Helen.> dijo con la voz más calmada y tranquila que había podido escuchar. <¿Donde está Jeffrey?> pregunté preocupada y cansada de no saber nada de mi prometido. <¿Cuanto tiempo ha pasado desde la última vez que viste a Jeffrey?> <Unos cinco días... ¿a que viene todo esto? ¡necesito saber dónde rayos está! ¡exigo saberlo ahora!> dije completamente alterada y sin ánimos de continuar aquí sentada sin hacer nada.

Muy calmadamente ella tomó una carpeta en sus manos, y al abrirla sacó una fotografía.
<¿los reconoces?> <así es, son Jeffrey y sus padres.> respondí asintiendo. Sacó otra fotografía y me la mostró. ¿Acaso mi vista me estaba jugando una broma? Era el Señor Parsons. El padre de Jeffrey, pero... Con un aspecto más avejentado y cansado. Con bolsas notorias debajo de sus ojos y pequeñas arrugas sobre la comisura de sus labios.
<¿El señor Parsons?> pregunté, aún sin poder creerlo. <Así es> y tomando la fotografía en mis manos me atreví a preguntar <¿Como es qué...?> nada más salió de mi boca, no podía explicar lo que sentía en ese momento. <Kendall, hay muchas cosas que debes saber, y yo estoy aquí para ayudarte a comprender. ¿De acuerdo?

Continuará...