Este año, el Día de San Valentín me tocó de guardia, pero eso no significaba que tenía que ser un día aburrido. Con mi compañera de trabajo decidimos salir de la rutina y celebrar, no solo el amor, sino también la amistad. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que con una buena comida?
Fuimos a la Cafetería El Rápido, justo frente al hospital. Teníamos ganas de relajarnos un rato y conversar sin el ruido de los pasillos llenos de pacientes, así que nos sentamos en el interior, donde el aire acondicionado nos daba un respiro del calor.
Mi compañera, que está embarazada, tenía un antojo claro: bolitas de queso. Pedimos dos raciones, y estaban deliciosas. Yo, por mi parte, me emocioné con unos tacos de cerdo... hasta que los probé. Tenían sabor a quemado y les faltaba sazón, así que mi emoción se desinfló un poco. Ella, en cambio, eligió tostones rellenos de atún y una pizza napolitana. La pizza se veía espectacular, y la verdad me sorprendió su apetito (¡pero bueno, come por dos!).
Para acompañar, pedí una cerveza Mayabe, y ambas nos dimos el gusto con un frappé de fresa que estaba increíblemente bueno. Entre bocados y sorbos, nos pusimos nostálgicas, recordando los días de residencia, las largas noches de desvelo y, sobre todo, a los compañeros con los que compartimos tantas historias.
Fue un San Valentín distinto, pero con buena compañía, risas y recuerdos.
English Version
This year, Valentine's Day was my turn to be on duty, but that didn't mean it had to be a boring day. With my co-worker we decided to get out of the routine and celebrate, not only love, but also friendship. And what better way to do it than with a good meal?
We went to the Cafeteria El Rápido, right in front of the hospital. We felt like relaxing for a while and chatting without the noise of the corridors full of patients, so we sat inside, where the air conditioning gave us a break from the heat.
My companion, who is pregnant, had a definite craving: cheese balls. We ordered two servings, and they were delicious. I, for one, was excited about some pork tacos...until I tasted them. They tasted burnt and lacked seasoning, so my excitement was a bit deflated. She, on the other hand, chose tostones stuffed with tuna and a Neapolitan pizza. The pizza looked spectacular, and I was actually surprised by her appetite (but hey, she eats for two!).
To go with it, I ordered a Mayabe beer, and we both indulged in a strawberry frappé that was incredibly good. Between bites and sips, we got nostalgic, reminiscing about the days of residency, the long sleepless nights and, above all, the companions with whom we shared so many stories.
It was a different Valentine's Day, but with good company, laughter and memories.
Source
All the photos are taken and edited on Snapseed by me.
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