Las coplas del hombre viejo.
Ya sé que me puse viejo
porque al precisar de lentes,
se me ha arrugado el pellejo
y se cayeron mis dientes.
Triste es el llegar del día
en que por obligación
hay que morder con la encía
en tremenda situación.
Ahora le huyo al sol
y vivo haciéndome pruebas,
entre ellas colesterol
en las ocasiones nuevas.
Entre bulla y movimiento
al cruzar por la avenida
voy con el caminar lento
con la brújula perdida.
Aquellos tiempos de gloria
quedaron para el olvido
pues me falla la memoria
y el ánimo ha decaído.
Me la paso es enfermizo
con un récipe en la mano
y para subir un piso
dejé de ser veterano.
Ay mi Dios, la situación
me ha llegado a vendavales
con la fulana tensión
y con tan diversos males.
No me llego a ningún lado
porque al andar paso a paso
quedo bastante cansado
y con el hígado graso.
Ya no conduzco mi coche
y despierto medio loco
en el fragor de la noche
y entre sofoco y sofoco.
No puedo salir de farra
porque los dedos no dan
para tocar la guitarra.
en las fiestas de San Juan.
En verdad que últimamente
me azota mucho el calor
y mezclarme entre la gente
me causa mucho sopor.
¿Qué me queda si el pellejo
se me arrugó con la acción?
¡¡¡Darme mi puesto de viejo
en la presente ocasión!