El niño valora los regalos que le obdequian, pero el peso está en lo inesperado y de quién haga el gesto. Los sacrificios que hacen los padres, desvanecen cuando la vida te obsequia o te recompensa por el acto de amor, la sonrisa de un niño en agradecimiento y felicidad.
Felicidades, padres!
Así es y es que todo en la vida es recíproco o al menos así debería ser. Al ser agradecidos y demostrarlo en palabras o con una sonrisa, también estamos haciendo un regalo.